Sunset memories, de Yoko Honda

Hay libros que me recuerdan a personas y viceversa. Cuando vi este Sunset Memories pensé inmediatamente en mi amiga María Ramos, que es una genial ilustradora. Lo cierto es que no sabría muy bien explicar por qué, inconscientemente, lo asocié con ella. No conocía nada de la autora ni de lo que podría encontrarme en su interior, así que supongo que lo hice por esa genial portada y esos colores que me recordaron a ella. La mente es así de loca, amigos.

Lo primero que hice al tener el libro en mis manos fue buscar en Internet algo más sobre la autora. Os cuento: Yoko Honda es una ilustradora japonesa que reside en Tokio. Sus ilustraciones, y cito textualmente, “beben de la estética de los años 80 (…) Trabaja combinando pintura digital e impresión con un descarado uso del Photoshop con las que consigue construir escenas resplandecientes y mega kitsch con guiños al pop más de culto”.  Después de tener estos datos sobre Yoko Honda, y sabiendo ya un poco lo que me iba a encontrar, decidí abrir Sunset Memories y dejarme llevar a su mundo.

La verdad es que desde el primer momento en que abrimos este libro, la ilustradora nos lleva  de viaje a los años ochenta de una manera espectacular. Es como estar atrapado en una película o serie de los años ochenta, pero de esas horteras y sobrecargadas. Ciudades llenas de palmeras, piscinas, lavanderías, Cadillacs, Michael Jackson, Prince, playas paradisiacas, flotadores, flamencos, cafeterías, noches de verano, videoclubs, playas paradisíacas, carreteras sin fin, teléfonos de Zack Morris y rosa, mucho mucho rosa. Además, entre las ilustraciones de paisajes, intercala otras como de estampados de chándal y camisas de los años ochenta que me han hecho tener auténticos flashazos con la ropa de aquel entonces.

Yo no es que sea una entendida del tema de la ilustración, simplemente disfruto admirando lo que los artistas saben hacer y os mentiría si os dijera que este libro no me ha hecho disfrutar, aunque solo sea por ese momento revival de mi años jóvenes. Un momento de mucha nostalgia, para qué os voy a engañar.

Así que, si os apetece daros un viaje a aquellos maravillosos años ochenta, tan recargados, horteras y ostentosos, no se me ocurre una mejor forma que hacerlo de la mano de esta divertida ilustradora y este singular Sunset Memories. Os prometo que la nostalgia está garantizada y que os vais a quedar igual de flasheados que yo con estas geniales ilustraciones.