Al otro lado de la pantalla, de Alba Quintas Garciandia
El acoso puede vestir mil disfraces. Se esconde de palabras, de silencios, de golpes, de amenazas, consiguiendo que la víctima que lo sufre se vuelva una persona aislada, casi invisible para el resto del mundo porque, paradojas de la vida, donde más segura se siente es en su propia cárcel. Sólo los que hayan sentido alguna vez el acoso pueden entenderlo, pueden saber lo que se siente, o al menos, imaginarlo hasta acercarse aunque sea un solo milímetro. Porque aquellos que lo han padecido (como si de una enfermedad interna se tratara) siempre lo llevarán a sus espaldas, recordando desde la lejanía que hubo una época, hubo un tiempo, en el que lo único que deseaba era desaparecer del mundo para que nadie, absolutamente nadie, pudiera encontrarlos y hacerle la vida imposible.… Leer la reseña completa del libro "Al otro lado de la pantalla" “Al otro lado de la pantalla”