La familia de Teo, Violeta Denou
Los cuentos de Teo tienen algo que me costaría definir porque no se encuentra necesariamente confinado entre su portada y su contraportada, no está descrito en su texto ni dibujado en sus ilustraciones, sino que más bien se encuentra en la sonrisa y la cara de ilusión con que mi hijo se acerca con un libro en la mano y me dice «¿me cuentas un cuento de Teo?» Y uno sabe que está en un territorio seguro, entrañable, uno sabe que no va a compartir con su hijo unos minutos de acción trepidante, de nervios, sino que va a vivir uno de esos momentos sosegados en los que un niño abre los ojos como si en ellos cupiera el mundo, que cabe, y el mundo fuese además algo parecido al escaparate de una tienda de chucherias.