Teresa de Ávila. Biografía de una escritora, de Rosa Rossi
Teresa de Jesús, también conocida como Santa Teresa, Teresa de Ávila y otras combinaciones de esos nombres compuestos, es esa señora de la que es sabido que vivió en el siglo XVI, que fue monja, que fue mística y que fue escritora, sin que nada de ello tenga forzosamente que guardar relación entre sí. Digo que es sabido y aun digo mucho por aventurar mucho, puesto que ignoro -aunque me temo la respuesta- si se incluye algo sobre ella en los actuales planes de estudios de lo que hace unas décadas era EGB.
También hay, periódicamente, intentos de utilizar la fama de Teresa de Jesús de forma muy interesada para levantar deliberadamente cierta polvareda que haga las veces de campaña gratuita de publicidad para las personas -ya sean escritores, directores de cine o cualquier otra cosa- que desean lucrarse a costa de ella. Quizá esas personas se sorprenderían al saber que ya en vida, la de Ávila luchó tenazmente contra el equivalente de aquella época, pero en el fondo el mismo vicio: la maledicencia, la malicia y el mal arte de sembrar cizaña, quizá para compensar con el desdoro de otros cierto complejo o cierto vacío interior de uno mismo.
Contra la fuerza -que es grande- de la mentira y del chisme malintencionado, la mejor arma es el conocimiento y la información veraz. Y para quienes tengan algo de curiosidad sobre la figura de la gran mística y santa española, leer Teresa de Ávila. Biografía de una escritora puede ser un inmejorable comienzo, o bien un viaje de principio y fin pues, en este libro de 300 páginas que se lee con creciente interés, Rosa Rossi -hispanóloga italiana de ideología marxista, no está de más decirlo para espantar sospechas de perspectivas demasiado escoradas hacia un lado concreto- consigue pintar un retrato forzosamente breve, pero totalmente suficiente de Teresa, la mujer, la escritora, la pionera católica, la mujer y la hija de su tiempo, abarcando aspectos que no son exhaustivos -aspirar a ello habría implicado entrar en el terreno de lo altamente debatible- pero en los que sí puede haber cierta razonable unanimidad, pues todo lo que aquí se afirma viene respaldado por datos, citas, fragmentos de cartas de Teresa, etc.; en fin, es un retrato que podemos considerar bastante objetivo y científico.
Y sin embargo, es extremadamente humano, pues es el ser humano detrás del mito lo que Rosa Rossi quiere presentarnos, consiguiendo algo tan difícil como que el siglo XVI y las vicisitudes de una monja de esa época nos parezcan algo totalmente actual, natural y afín, al punto de que acabamos el libro con la sensación de haber conocido a una persona cercana, amigable, compasiva, tenaz, con un gran sentido práctico pero con un aura inequívoca de grandeza, como tienen quienes están dotados de una fuerza especial para acometer empresas más grandes que la vida.
Rossi está interesada en darnos a conocer a Teresa en cuanto fundadora de la orden de carmelitas descalzos, con todos los quebraderos de cabeza que ello le trajo; a la Teresa hija de su tiempo y de unas circunstancias muy humanas que afectaron todo el devenir de su vida -al contrario de lo que la imaginería y la manipulación posteriores quisieron hacer creer, Teresa de Cepeda y Ahumada provenía de una familia de judíos conversos, con lo cual, pese a su cristiandad, siempre serían ciudadanos de segunda-; la Teresa en pugna con muchas de las convenciones más férreas de su tiempo, tanto en la sociedad civil como en la Iglesia Católica; la Teresa escritora casi a su pesar; la Teresa siempre en atento cumplimiento de su misión, a pesar de sus momentos de flaqueza; la Teresa siempre amenazada por la Inquisición; la que tuvo que enfrentarse a muchos enemigos, pero también la mujer carismática de gran personalidad que supo granjearse valiosos aliados y admiradores, y cuya obra jamás en vida de ella fue apreciada ni en un ápice de lo que merecía y lo que posteriormente ha sido y es. Todo ello constituye un relato atractivo para cualquier lector, al margen de sus creencias y de su conocimiento previo del personaje de la monja abulense, pues es, ante todo, el relato de una vida llena de vicisitudes y altibajos, pero regida por una inspiración -o una pasión- divina.
Un gran acierto de Rosa Rossi es haber elegido para su libro un punto de vista en el cual la escritora desaparece de escena y deja que la narradora casi se funda con el personaje objeto de estudio, con Teresa. Rossi elige desde el principio la mirada fiel a los afectos, pensamientos, ideas y sentimientos de Teresa de Jesús; por ello su relato de los hechos y sus explicaciones de las acciones y reacciones de Teresa resultan afectuosos a la par que rigurosos, y nos facilita la comprensión de la mentalidad de la época y más concretamente la de la propia Teresa.
Con eso y con todo, el personaje central, Teresa de Ávila, siempre mantiene cierto aire de misterio, como no puede ser de otra forma tratándose de uno de los personajes más enigmáticos de la historia religiosa española y casi diríamos que mundial. Hay que hacer notar también que, a pesar de abstenerse la autora de indagar en los territorios de lo místico y lo espiritual, es fiel a quien fue Teresa, encargándose de remarcar su fe y su entrega total a Dios, faceta sin la cual no se pueden entender ni su obra -tanto literaria como religiosa- ni su persona, ni su legado.