No sé si os suena el nombre de Vivian Maier. Quizás a algunos os pase como a mí, que sabéis que era fotógrafa y poco más. Y eso que leyendo el libro me he enterado de que hay hasta una película sobre ella. El caso es que descubrir la figura de esta desconocida mujer merece mucho la pena y creo que lo que ha hecho Berta Vias Mahou en Una vida prestada es una auténtica maravilla.
Es casi obligado que os cuente quién es Vivian Maier. Esta mujer, de orígenes franceses y austriacos, pasó su infancia en Francia y Estados Unidos. Con 25 años (estamos hablando de 1951) se mudó a Nueva York y posteriormente a Chicago, donde vivió prácticamente durante toda su vida. Vivian Maier era niñera de profesión. No tenía casa propia, pero gracias a su trabajo siempre tenía una habitación donde dormir. Su vocación era otra: la fotografía. Paseaba a los niños que cuidaba y a su cámara por toda la ciudad, capturando en sus fotografías la vida estadounidense de aquella época. Pero todas esas fotografías que tomaba jamás se las enseñó a nadie. Vivian guardaba en una caja todos los negativos para que el destino hiciese con ellos lo que quisiera. Y así fue. En 2007, un joven acudió a una subasta donde compró, por un precio ridículo, los negativos. Aunque no era lo que estaba buscando, decidió revelar algunas de ellas y venderlas por Internet. Hasta que, finalmente, Allan Sekula, un crítico e historiador de fotografía le advirtió del tesoro que tenía en sus manos. Y aquí comienza la historia de la fotógrafa Vivian Maier para el público. Gracias a esta casualidad del destino (si es que acaso es una casualidad) hoy en día podemos disfrutar de sus maravillosas fotografías. No me digáis que no es una historia increíble.
En Una vida prestada, Berta Vias Mahou ha sabido sacarle jugo a la vida de esta fotógrafa. Berta le ha dado vida a Vivian Maier a través de sus palabras y ha hecho que durante doscientas y pico páginas Vivian vuelva a salir a la calle a pasear con su cámara, a capturar instantes reales de la vida diaria de Nueva York y Chicago y a autorretratarse para ella misma.
La originalidad de esta novela y la autenticidad hacen de Una vida prestada una lectura capaz de cautivarnos y llevarnos a aquella época de la mano de la fotógrafa. Os recomiendo leer el libro con sus fotografías delante (podéis encontrar muchas de ella en Internet) e ir descubriendo qué se esconde detrás de cada una de ellas gracias a la imaginación de Berta y el talento de Vivian Maier. Uno de los libros más interesantes que he leído últimamente.