Nunca he empezado hablando de un libro describiendo su exterior, pero siempre hay una primera vez y, a pesar de ese dicho de “nunca juzgues un libro por su portada”, este cómic bien lo merece. Y es que me llevé una grata sorpresa cuando lo recibí. Además de una portada chulísima, tiene el lomo y una pequeña parte del frontal y de la trasera de piel (o imitación, no lo sé) y también la típica cinta de tela cosida al libro para servir de punto de lectura. Un lujazo de edición, que se confirma con la calidad del papel y la pulcritud de un dibujo elegante y teñido de un cromatismo austero (blanco, negro y un ocre dorado) que nos ayuda a situarnos temporalmente para recordarnos lo antigua que es esta leyenda.
Por otra parte, si he querido leer este cómic ha sido por tres motivos. Sí, admito sin vergüenza que dos de ellos son algo chorras y solo uno importante. Uno es que uno de los cines a los que suelo ir tiene el nombre “7 Infantes” y además está en la calle Siete Infantes de Lara. Otro, que en el monasterio de San Millán de Suso, considerado cuna del castellano, a menos de una hora de mi ciudad y el cual he visitado varias veces, están los siete sarcófagos de dichos infantes con sus siete cuerpos y nadie te explica nada de ellos. Y el tercer motivo es el bueno. La curiosidad. ¿Por qué siete infantes han tenido tanta fama que aún ahora, más de mil años después, siguen dedicándoles nombres de calles?
Aclarada mi curiosidad, solo puedo decir: vaya, vaya. En Año 1000: La sangre, no falta de nada. Daría para una temporada de Juego de Tronos. Solo faltaría Tyrion (el enano) y los dragones. De hecho, si se pusieran en serio a hacer una serie así, sería un producto cojonudo. ¡Yo lo vería! Pero vamos al grano. La leyenda, como todas las leyendas, tiene parte de verdad y, aunque en el cómic no se aclara dónde empieza una y acaba la otra o qué partes son adorno, ello no es obstáculo para mantenerte en tensión, sobre todo si, como yo, acudes a ella virgen, sin saber nada de nada. Y es por eso, que no voy a contar el argumento, porque merece la pena que cada uno lo descubra por sí mismo y se deje sorprender. No puedo decir que se trate de algo épico en sentido estricto porque no va de hazañas heroicas, pero sí que cuando estás inmerso en sus viñetas sientes que es una historia muy grande. ¡Enorme! Baste decir que es un relato de traiciones y venganzas entre familias, como un Puerto Hurraco a lo antiguo, de guerreros y reyes en un tiempo en el que España estaba invadida por los moros en plena Reconquista y los enfrentamientos entre ambos eran una constante. Y que todo comienza por culpa de unas palabras a destiempo de L… ¡que no, que no voy a decir nada!
Estamos ante un cómic que desata en nosotros emociones de todo tipo: enfado, ira, deseo de venganza, tristeza, compasión, alegría… y que se lee con gusto de un tirón deseando que dure más porque se hace demasiado corto.
Al igual que dije en su día del cómic El capitán Alatriste que debería ser lectura obligatoria en los colegios, creo que harían bien en incluir también este tomo (sí, bueno, habría que censurar algunas escenas de sexo –tampoco hay tantas– o hacer una edición especial para colegios o algo así…), pero sería algo a tener en cuenta.
Año 1000: La sangre es un cómic al que no puedo poner ningún pero y en cambio sí hay que agradecer el trabajo a Manolo Matji, quien tenía la idea de hacer algo con este cantar de gesta desde el 2005, cuando nació como un simple apunte para transformarse poco a poco en un guion de cine, después un guion reescrito, una serie de época, un conato (dos milisegundos) de ópera, y finalmente en este cómic. Cuando alguien tiene esa comezón en su interior, cuando está emperrado en querer parir una idea y sigue y sigue ese sueño y lo consigue con semejante resultado, solo puede felicitársele.
En cuanto al dibujo, es sencillo, de trazo limpio y perfecto, sirviendo con creces de soporte visual al argumento. No distrae de la historia y tiene viñetas gloriosas, algunas a toda página, en las que te ves en su interior.
Una libro editado con gran mimo por parte de Aleta, una historia de leyenda disfrutable de principio a fin y un dibujo excelente como vehículo a uno de los cantares más importantes de la literatura castellana.
Un cómic al que, ¡voto a bríos!, le vaticino premios importantes y merecidos.
Libro recomendado?? Muy bonitas las ilustraciones pero cero de historia. Soy de salas de los infantes y es muy triste ver como os habeis cargado la historia. Asi de primeras. Poneis en un mismo parto a los siete hermanos… y no es por nada pero tenian diferentes edades. Pone a los personajes femeninos casi en adiccion al sexo… es muy triste que vendais que es una historia con rigor cuando no lo es