El monstruo en mí, de José Ignacio Becerril Polo
Al autor de este libro puede que le falten muchas cosas, como a todos en la vida, pero sin dudas hay algo que le sobra: imaginación.
Los nueve cuentos que conforman El monstruo en mí, de los cuales tres son novelas cortas, derrochan imaginación y nos harán ser parte de mundos impensados, de situaciones inesperadas y de personajes terribles, que tiñen cada una de las páginas de un ambiente de terror que solo se ve superado por la tensión, el suspense, el misterio y la intriga.
Dentro de nosotros hay un monstruo que se oculta, que acecha, que teje retorcidas elucubraciones para justificar sus más bajos instintos. Que cuenta cuentos macabros y se ríe como una vieja. José Ignacio Becerril Polo quiere mostrarte al monstruo que hay en él. Sin subterfugios. Sin disfraces. En toda su crudeza. ¿Te atreverías a mirarle sin apartar la vista?
Cuesta atreverse, pero uno no puede evitar pasar y pasar de páginas, porque la incertidumbre logra que uno nunca sepa qué pasará en la siguiente página, en el siguiente párrafo en incluso en el siguiente renglón.
La ciudad inhabitada, a mi parecer, es la mejor de las tres novelas que se presentan en el libro; en ella, dos personas se encuentra, sin saber por qué, viviendo en absolutamente solos en una ciudad que parece haber eliminado, sin guerra o catástrofe mediante, a todos los habitantes. La historia parece trillada pero sin embargo a medida que se lee uno va descubriendo que el autor no acude a los clichés típicos, sino que su imaginación nos obsequia con situaciones nuevas y por ende inesperadas; el epílogo, increíble, le pone un cierre perfecto a una historia genial y muy recomendable.
Considero, al igual que Pedro Escudero, una de las personas que según el prólogo más confió en la publicación del libro, que lo mejor del autor se encuentra no en sus novelas cortas, sino en sus relatos breves; no es que sus novelas cortas carezcan de belleza sino que en los relatos se ve “el auténtico sabor” del escritor, con historias que encajan perfectamente y cuyos finales se clavan como una lanza en los corazones ya acelerados por las historias. Para marcar algún punto negativo, quizás la novela más larga – El hombre que soñaba con mariposas – se repite un poco y posee en todo momento un ritmo demasiado elevado que encajaría más con un relato.
Entre los relatos, siempre compuestos por ambientes tenebrosos, hermosamente horribles y con un ritmo trepidante, destaco Tumbas en la ciudad, que muestra a una sociedad encerrada y triste que aparece muy actual, y sobre todo Ocho esferas plateadas, que logra como ninguno un ambiente de pesadilla que tensionó mi estómago al leerlo.
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Estoy leyendo “El Monstruo en mí” y aunque no he terminado el libro aún, coincido en que “La ciudad inhabitada” me parece una de las historias de terror/misterio mejor resueltas que he leído, sino la más original. La recomiendo totalmente.