La casa infernal

“La más aterradora de las novelas sobre casas encantadas jamás escrita”. Eso es lo que opina Stephen King sobre La Casa Infernal según la contraportada de esta novela. La verdad es que yo no he conseguido aterrorizarme tanto, pero bueno, me pasa con casi todos los libros de terror que leo. No sé por qué, pero está claro que soy más “impresionable” a través de imágenes que de letras. Será que no tengo imaginación suficiente. En todo caso la novela me ha gustado y lo cierto es que no estaría dispuesta a pasar ni una sola hora en la Casa Belasco.

En 1940 un grupo de personas se internaron en la Casa Belasco (también conocida con La Casa Infernal) intentado descubrir qué ocurría allí dentro para ser considerada la más peligrosa de las casas “encantadas”. De aquella expedición sólo salió con vida una persona y ahora, treinta años después, el millonario Rolf Randolph ha logrado reunir a un nuevo grupo de personas dispuestas a adentrarse otra vez en aquella mansión.

Una de esas personas es Benjamin Franklyn Fischer (un reconocido médium físico y superviviente de la tragedia de 1940), al que acompañarán la médium mental Florence Tanner y quien estará al mando del grupo, el Doctor Lionel Barret, un reconocido estudioso de la parapsicología y su esposa Edith, que suele acompañarle en calidad de ayudante. Randolph padece una enfermedad terminal y desea saber antes de morir si hay o no vida después de la muerte. No le queda mucho tiempo y quiere respuestas YA. Después de ofrecerles una suculenta oferta que no pueden rechazar, les da de plazo una semana para hallar las respuestas. Y tras conocer a los protagonistas de esta historia nos adentramos directamente en la Casa Belasco.

Richard Matheson tiene en su haber un gran número de libros publicados, de género fantástico, terror y ciencia-ficción, pero reconozco que yo solamente lo conocía (y de oídas), por su novela “Soy leyenda”, de la que sólo he visto la película, así que me he estrenado con el autor gracias a La Casa Infernal y reconozco que su estilo me ha gustado. Este libro, está escrito de una forma que resulta muy visual y fue muy fácil adentrarme “literariamente” en la Mansión Belasco con el resto de los personajes. Sé que existe una adaptación cinematográfica de esta novela del año 1973, considerada ya un clásico del cine de terror y por las imágenes que he podido ver, me da la sensación de que es bastante fiel al libro, así que no sé si se escribió pensando ya en una versión para el cine. En todo caso es muy fácil imaginarlo todo mientras lees. Desde el tétrico entorno en el que se ubica la casa, rodeada por una densa niebla y por un espeso pantano llamado “la Ciénaga Bastarda”, hasta su interior con las ventanas tapiadas, las estancias, la decoración, las sombras proyectadas por la luz de las velas …

Algo que también me ha gustado bastante, han sido los perfiles de los personajes. En mi opinión todos ellos quedan bien definidos. Tenemos al doctor Barret, absolutamente convencido de que no existe nada sobrenatural en la casa. Siempre tiene una respuesta científica para todo. Es muy cerebral y se muestra algo prepotente y superior a los demás. Su esposa Edith, es una mujer sumisa, reprimida (sobre todo sexualmente) y muy dependiente de su marido. En ocasiones me ha parecido más una hija que una esposa, la verdad. Florence (la médium mental) sin embargo es mucho más emocional, más abierta a posibles “presencias”, lo que la hace más vulnerable y por último está Fischer, que ha vivido durante treinta años martirizado por su experiencia anterior en la Casa Belasco y es el más negativo del grupo. Por supuesto también el retrato del dueño de la Casa (Emeric Belasco) nos dará una idea bastante clara del tipo de persona que era.

La Casa Belasco tiene un largo historial de Fenómenos Psiquícos y violentos allí acontecidos y prácticamente desde la entrada de los personajes en ella comienzan a suceder hechos que no parecen tener explicación y que poco a poco irán haciendo mella en ellos. Nos encontraremos en medio de una “lucha” en la que se defienden dos puntos de vista muy diferentes, el de la médium intentando demostrar las presencias sobrenaturales en la casa y la explicación ciéntifica del doctor Barret a cada una de las palabras de la Srta. Tanner y tengo que reconocer que ahí el autor ha salido airoso, porque ambos puntos de vista conseguían convencerme, aunque me inclinaba más hacia las teorías de la médium (supongo que por simpatía hacia este personaje, porque yo en estas cosas no creo nada).  Es cierto que también hay momentos que no aportan nada a la historia y algunas escenas puedan resultar repetitivas, pero que el autor vaya alternando los distintos puntos de vista de los personajes, que nos vaya mostrando cómo les va afectando la casa a cada uno de ellos, cómo nos va desvelando sus miedos y debilidades, hace que la historia no pierda interés y a mí quien realmente me ha llegado a dar algo de miedo no ha sido tanto la casa como su dueño.

Es una historia en la que no faltan escenas de bastante tensión, en la que la intranquilidad e inquietud de los personajes va en aumento a medida que avanza su estancia en la casa, que mezcla el terror psicológico representando por los miedos personales de cada uno con el terror más clásico de las casas embrujadas o malditas, y que supongo que en el momento de su publicación resultaría bastante más impactante de lo que puede resultar hoy día, teniendo en cuenta que este tipo de historias ya han sido bastante explotadas por el cine y poco nos queda por ver. En todo caso es un libro que agradeces leer por la noche y a ser posible con una buena lluvia cayendo con fuerza y con la luz de las bombillas temblando (así lo he leído yo y desde luego eso hace que te metas mucho más en la historia). En cuanto al final, sinceramente yo esperaba que fuera mucho más impactante, pero aun así creo que es una lectura interesante y recomendable para los amantes del género, que ha sido reeditada por Minotauro dentro de su colección “Clásicos Minotauro” en una bonita edición.

Por cierto me ha gustado mucho el detalle de que en la sobrecubierta del libro viniera incluído un marcapáginas que (evidentemente) hay que cortar antes para poder utilizar.