Conocí a Dominó en la secuela de la película del mercenario bocazas Masacre. (En España de toda la vida ha sido Masacre, nada de Deadpool ni mierdas de títulos ingleses. Masacre. MA-SA-CRE. ¿Deadpool? ¿Piscina de muertos? ¡Vete a cagar, anda! ). En fin, que conocí ahí a la tal Dominó, una mutante negra (interpretada por una muy atractiva Zazie Beetz) cuyo “poder” era la buena suerte y claros ejemplos de ello tuvimos durante la cinta.
Tras la peli, queriendo saber más del personaje, del que algo sí me quería sonar, encontré que no era un personaje nuevo del todo (primera aparición en 1992), aunque sí poco conocido, y que Gail Simone al guion y el español David Baldeón a los lápices estaban escribiendo la nueva serie de cómics con la mutante como prota.
Y aquí estamos ahora. Unos siete meses después, más o menos, Panini nos trae este primer tomo (que recoge los números del 1 al 6) en su colección 100% Marvel, con su típico, reconocible y siempre bienqueda y agradecido formato.
Lo primero que llama la impresión es ver que Dominó ni es negra ni tiene el pelazo que tenía en la peli. Al contrario, es más bien blanca pálida. Blanca como el Joker, y con una mancha en el ojo izquierdo que la hace comparable con un panda. Y, por supuesto, lo siguiente que llama la atención es el dibujo. En un cómic el dibujo es básico, es su seña de identidad, como la corrupción lo es del PP. Pero si el autor es un artista patrio, uno se fija más en él, y si, además, el reseñista ya tenía una Catwoman dibujada por él durante la Expocómic de 2016 la objetividad se va al garete. Aunque hay que reconocer que el dibujo es realmente una pasada, que encaja perfectamente con el tipo de historia que se nos cuenta y que el colorista también se ha ganado con creces la vida y el sueldo.
En cuanto al argumento, está relacionado directamente con los poderes de Dominó. Ella no puede controlar su buena suerte (o el caos y mala suerte para sus enemigos) o al menos no conscientemente. Sin embargo, aparecerá en escena un villano capaz de robarle esos poderes porque es su opuesto y complementario. Cada vez que haga sufrir a Dominó, más fuerte se hará el villano y viceversa. Esto va a llevar a nuestra chica a unos momentos de crisis existencial como nunca ha vivido de la que tendrá que salir gracias a sus peculiares amigas y socias y de otros famosos (Spiderman) y no tan famosos personajes, que se pasearán por este cómic. (Masacre no podía faltar, por supuesto. Lo cierto es que durante la lectura del tomo he identificado a Dominó como Masacre pero en mujer. Los dos son mutis, e inmortales, (aunque con conceptos distintos de inmortalidad), mercenarios (Dominó ni es tan bocazas ni tan chistosa como Wade), tienen buena puntería, pelean bien y dominan el uso de varias armas…
Además, a lo largo de este Dominó 1. Instinto asesino conoceremos un poco del pasado de la mercenaria mediante flashbacks en blanco y negro y de su curiosa relación con otros personajes.
Y como suele ser habitual, sobrevuela de fondo el mensaje antirracista propio de los cómics de los X-Men materializado en carteles o diálogos antimutantes.
La única pega es que no he logrado empatizar con la mutante protagonista. Casi he llegado a hacerlo más, fíjate, con el malo, pero supongo que será cuestión de tiempo y que más adelante, en números venideros, llegaré a los niveles que alcanzó su encarnación en la peli.
En resumen, Dominó 1. Instinto asesino es un buen cómic de entretenimiento y de primer contacto con una protagonista femenina en un rol de acción. Un cómic en el que las mujeres son las que dan las hostias y no son meras comparsas, curvas y redondeces ni cuerpos ligeros de ropa porque sí. Un cómic recomendable si quieres profundizar en el universo muti y, sobre todo, si quieres conocer más de una de las aliadas de Masacre liderando un trío de mujeres de armas tomar.