Una joya. Una obra maestra. Si estás leyendo esto, compra este volumen. Te aviso antes de empezar a hablar de él. Eso es lo importante. Compra y vuelve. Te espero.
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¡Hola! ¡El primer superhéroe de la historia cumple 75 años! Casi nada. Tantas cosas que contar…
75 años de historia, cuatro series regulares en el mercado y un sinfín de apariciones en diversas colecciones de protagonismo compartido y “crossovers”, representan varios miles de tebeos en los que aparece Superman. Es este motivo lo que hace la selección de historias tremendamente difícil. ¿Debemos seleccionar sólo diez historias que representen la vida de un personaje tan inabarcable como Superman? Hay respuestas para todos los gustos.
Empecemos mirando dentro del tomo. A ver qué contiene el volumen. Y no puede empezar mejor. Se nos saltan las lágrimas: Action Comics #1 (1938) (Jerry Siegel y Joe Shuster). El origen de la leyenda. Nuestro origen. El primer cómic en el que apareció el primer superhéroe. Aquí nace todo lo que vino después. Que sí, que sí. Que es un tebeo ampliamente superado en guion y en dibujo y bla bla bla. Pero el valor histórico que tienen estas páginas lo convierten, sin dudarlo un momento, en el cómic de superhéroes más importante de la historia. Y así cuesta. ¿Sabes cuánto se pagó en la última subasta de uno de estos ejemplares? Más de 3 millones de dólares. Supera eso.
Seguimos con Superman #76: ¡El equipo más poderoso del mundo! (1952) (Edmond Hamilton y Curt Swan) que narra el primer encuentro entre Batman y Superman, pero dado que estos dos gigantes ya se habían cruzado en la Sociedad de la Justicia, se ha terminado por considerar que Superman #76 es la primera historia ambientada en Tierra Uno.
También tenemos Action Comics #484: Superman toma esposa (1978) (Cary Bates y Curt Swan), que utilizaremos solo para mencionar la preeminencia e importancia de la figura de Curt Swan, uno de los autores más significativos de la historia del personaje. Sólo entre las series Superman y Action Comics, Swan dibujó más de seiscientos números. Una leyenda del cómic.
Nos lleva nuestro periplo a través de la vida del personaje con Superman #400: Las leyendas vivientes de Superman (1984) (VVAA). Un curioso número de aniversario en el podemos destacar la participación de Frank Miller, Mike W. Kaluta o Jim Steranko. Historias cortas, de entre tres y ocho páginas, separadas por ilustraciones de los artistas más destacados de la época como los mismísimos Jack Kirby, Will Eisner, o Moebius.
En Action Comics #554: Si Superman no existiera… (1984) (Marv Wolfman y Gil Kane) nos situamos ya en la década de los 80 para seguir con Superman #4: Bloodsport (1987) (John Byrne), un número icónico del rediseño post-“Crisis en Tierras Infinitas” del personaje, considerada una de las redefiniciones definitivas.
Continuamos con Action Comics #644: El doble (1989) (Roger Stern y George Pérez), Action Comics #775: ¿Qué hay de divertido en la verdad, la justicia y el estilo de vida americano? (2001) (Joe Kelly, Lee Bermejo y Doug Mahnke), y Action Comics #800: La travesía del héroe (2003) (Joe Kelly y Pasqual Ferry) que cierra el tomo contándonos pasajes de la vida de Clark desde su llegada a La Tierra hasta que se pone por primera vez el traje azul.
Ahora que hemos acabado de deleitarnos con el contenido, vamos a la parte física. Maravilla pura. La portada es sencillamente inmejorable y el resto del tomo también. Casi trescientas páginas, en papel de alto gramaje relleno de color, en una tapa dura que envuelve un producto que queda impecable en la estantería. No se la vuestra pero la mía necesitaba ese volumen.
Podríamos seguir aflorando bondades del tomo, del personaje y de sus creadores. Pero en definitiva, estamos ante una atípica antología de historias creada para los fans más puros de Superman. Se nota que no es un tomo generalista ni orientado a ventas masivas para gente que se inicia en el personaje, y eso la comunidad comiquera, lo agradece. Un volumen exquisito. Un tomo completamente obligatorio en cualquier estantería del buen aficionado a los superhéroes. Te diría que te hicieras con él ya, pero sé que ya lo has hecho. Disfruta.