Reseña del libro “A la Orilla del Cielo”, de Jason Gurley
Si tienes un telescopio caben dos alternativas, una de ellas es que decidas apuntar la lente hacia arriba para disfrutar del espectáculo nocturno y otra, es que apuntes hacia abajo y te conviertas en la mujer de la ventana indiscreta, eso precisamente es lo que le ocurrió a Vanessa y de esa forma conoció a Zach, un chico de pelo rojo que solía colarse a hurtadillas en el depósito de vehículos de Orilla del Cielo, esas incursiones nocturnas despertaron la curiosidad de Vanessa y eso fue lo que motivó que la vida de estos dos chicos se encontrase.
Cualquier persona ajena sin mucha perspectiva ni conocimiento de la vida de Zach y Vanessa, los definiría como polos opuestos. En cuestión de suerte y visto desde fuera parecerían los protagonistas de Devuélveme mi suerte, la peli de Lindsay Lohan. Orilla del Cielo, Orilly, como la llaman sus habitantes, es una ciudad trabajadora que basa su economía en sus plataformas petrolíferas. Zach vive en la parte baja de la ciudad, su padre ya no está, su madre viene y va como las olas del mar, su hermano trabaja en las plataformas y ambos junto con Leah luchan para sacar a su familia adelante. Vanessa vive en la parte alta, una buena casa, buenas notas, un futuro y posibilidades. Porque si, saber que se tienen posibilidades es todo un lujo, pero incluso aquellos que las tienen llevan a cuestas sus propios miedos, sus propias cargas y Vanessa también tiene las suyas.
“Desde el punto de vista de Zach, éramos fundamentalmente diferentes. Éramos dos personas, caminando juntas, durante un período de tiempo. Pero mientras mi camino tenía un objetivo final, un destino, el de Zach solo era una rueda infinita. Ni siquiera podría dejar de caminar. […] Él volaba en círculo porque estaba atado. Y no por su familia, como creía que yo pensaba. Sino por las circunstancias”
Ya sabéis que soy una apasionada de la literatura juvenil, además de abarcar multitud de géneros, cada vez arriesga más y toca temas tan importantes como necesarios, visibilizándolos y nombrándolos. Por eso A la Orilla del Cielo me ha gustado tanto. Jason Gurley nos habla del duelo, de la depresión, de la familia, de la contaminación, de la importancia de las relaciones que formamos, del futuro y también de las posibilidades.
La novela está compuesta por capítulos cortos narrados alternativamente por Zach y Vanessa, lo cual enriquece mucho la historia pues nos aporta un punto de vista más complejo y profundo de la perspectiva, sentimientos y vivencias de cada personaje. Uno de los grandes aciertos de Jason Gurley ha sido sin lugar a dudas los protagonistas que ha creado. Zach y Vanessa tienen aristas, el lector puede identificarse fácilmente con ellos, porque no son perfectos, cometen errores dejándose llevar por sus impulsos, sus sentimientos y sus circunstancias y eso es maravilloso. Orilly es el otro gran protagonista de este libro, una ciudad petrolífera, estrictamente obrera que no da tregua a sus habitantes.
El estilo del autor es muy fluido, el ritmo de la novela es ágil y su narración se encuentra salpicada de reflexiones que envuelven al lector y que distan de ser una moralina superficial y sin sentido, además de contar con una gran crítica social.
A la Orilla del Cielo me ha recordado por momentos a Eleanor and Park, de Rainbow Rowell, (hago un inciso aquí para recomendaros a esta autora y a esta novela), en el sentido de que la historia trasciende el romance de sus protagonistas para ir un paso más allá, para traernos cuestiones que invitan a la reflexión y a la crítica.
Además, si todo esto que os he contado no os convence, fijaos en la portada tan alucinante que tiene este libro. A la Orilla del Cielo es una lectura cortita y perfecta. Si os gusta la literatura juvenil con un trasfondo potente no lo dudéis.
“Son las pequeñas preguntas incómodas, las que tienen respuestas reales que no encuentras, las que pueden llegar a desequilibrarlo todo”