Reseña del cómic “Abara Master Edition”, de Tsutomu Nihei
Reseñar una obra del mangaka Tsutomu Nihei siempre resulta una tarea compleja. A primera vista sus mangas parecen ser accesibles para cualquier lector que busque disfrutar de un poco de acción bien dibujada. Tal equívoco puede darse por esa carencia de diálogos. En ocasiones la acción desenfrenada puede ocupar un buen puñado de páginas y ninguna explicación. Pero Tsutomu Nihei las da. A su manera y con cuentagotas pero las da. Pocas aclaraciones en letra escrita y un sinfín en ilustraciones que en ocasiones dejan con más incógnitas y en otras invitan al lector a rellenar mediante su imaginación todos esos espacios que faltan. Abara Master Edition (publicado en un único tomo por Panini) amplifica lo que anteriormente he comentado hasta resultar incluso frustrante para el lector menos acostumbrado a los cómics de Tsutomu Nihei. Tan extraño y complejo es el manga que diez años después de su publicación el autor lo releyó. Algunos de sus comentarios fueron: “¡No hay explicaciones para nada!” “Imposible explicarlo.”…ni siquiera yo sé a qué me refería.” “Ni siquiera yo mismo sé muy bien que está pasando ahí.” “Cada vez estoy más cabreado con mi yo de hace 10 años.
En Abara Master Edition existen dos tipos de monstruos: los shirogaunas y los kurogaunas. Unos se dan de forma espontánea: una mutación aberrante que transforma seres humanos en monstruos que buscan alimentarse de forma indiscriminada. Los otros son un invento, un arma. Una forma de luchar contra los monstruos. Aunque, como toda arma, resultan complejos y totalmente impredecibles. Cuando estos seres se encuentran y entran en batalla lo hacen dentro de un lugar llamado espacio intraparición. Para aclarar, podríamos decir que es como el tiempo bala del universo cinematográfico de Matrix. Se mueven tan rápidos y a tal velocidad que nadie puede verlos. Algo que queda patente, y magníficamente representado, en la primera de las batallas. Un tipo que está a punto de ser aplastado por una roca es la referencia para hacernos la idea de las velocidades que alcanzan los gaunas. Tsutomu Nihei logra representar a la vez ese momento de congelación y esa batalla hipersónica en unas viñetas que recuerdan algunos de los trabajos de Katsuhiro Otomo así como la ciencia ficción bizarra y el género cyberpunk que en ocasiones leíamos en la revista Metal Hurlant. En algunos momentos la historia acaricia el terror y lo grotesco con unas deformaciones corporales que nada tienen que envidiar al body horror de David Cronenberg y con el que tantas veces nos hemos deleitado los que tenemos un estómago a prueba de las cosas más asquerosas.
Aunque Abara Master Edition es un manga sobre monstruos dándose estopa y destruyendo cosas a tutiplén, también muestra la confrontación entre la dos fuerzas policiales de ese mundo distópico y extraño. Las fuerzas correccionales serían algo así como el FBI. Un ejército de investigadores trajeados que intenta mantener el orden y que descubre que hay humanos con exoesqueletos monstruosos luchando por la ciudad. Mediante la exhaustiva investigación de estos policías el autor se vale para explicar un poquito, a grandes rasgos y creando más enigmas, qué son los monstruos y su origen, así como la procedencia y los inicios de Denji Kudo, el protagonista. La agencia de inspección visual es la otra fuerza policial. Más extraña, menos transparente y al servicio de unos fines más oscuros que los convierten prácticamente en una secta. Adoran y esperan a la Daiyon Kiren. La Daiyon Kiren fue una megacorporación. Una empresa que tenía bastante claro qué eran los gaunas y qué papel desempeñaban los gigantescos accidentes topográficos en forma de montañas que hay en la ciudad.
Con todo este cóctel de rarezas (y otras más que iréis descubriendo) en Abara Master Edition Tsutomu Nihei embarca al lector en una narración tremendamente ágil y tremendamente enrevesada que en ocasiones se torna frustrante y en otras reconforta, pero que sobretodo obliga al lector a exprimirse la sesera al máximo en busca de unas respuestas que en ocasiones ni existen. Con todo, y a pesar de tanta palabra inventada y concepto de difícil comprensión, esa acción rebosante, con un caudal asfixiante, que se vale de un dibujo de trazo limpio para mostrar humanos, que se ensombrece a la hora de representar a los gauna y que alcanza lo majestuoso a la hora de descubrirnos la intrincada arquitectura de ese mundo, es más que suficiente excusa para lanzarse a esta lectura.