Abierto toda la noche, de David Trueba
El año pasado descubrí a David Trueba en “Saber Perder”, una de las grandes novelas de 2008. El resultado fue excepcional, de lo mejor que leí en dicho año. Cuando me lo acabé prometí leerme sus otras dos novelas, “Abierto toda la noche” y “Cuatro amigos”.
He terminado la primera de ellas, y está a años luz de su última novela. “Abierto toda la noche” es un libro sobre la familia Belitre, sobre una madre, un padre, seis hijos, dos abuelos y el resto de pintorescos personajes que se relacionan con ellos. Todo esto redactado por un amigo de Nacho, el hijo ligón de la familia, que describe desde fuera las andanzas de esta peculiar familia de la década de los 80.
El principio de la novela es bueno. Una lectura fluida, un guión novelístico claro, bien llevado, casi cinematográfico. En ocasiones, tuve la impresión de estar leyendo un capítulo de “Los Serrano”, o de “Cuéntame”. Y es que se nota que Trueba controla a la perfección el mundo del cine. Cada personaje tiene su rol bien definido; tenemos al feo, al loco, al ligón, al pirado, a la chica guapa…. Todo ello se junta en la nueva casa de la familia Belitre, un caserón heredado gracias a una amiga de la abuela.
A partir de aquí, el libro son 250 páginas llenas de las aventuras y desventuras de los varones de la familia (curioso ver el poco valor que se le da en la historia a las mujeres Belitre…). He aquí donde pincha David Trueba. Y es que, como lamentablemente me temía, el autor recurre a los más bajos instintos para rellenar las páginas. Toda la vida de los Belitre, menos la del pequeño Lucas, se centra en el sexo. Un sexo a veces necesario, a veces innecesario, y lo que es peor, obsceno e inmoral. Y es que leer los amoríos de un joven con las hormonas revolucionadas, es obvio, pero leer casos de prostitución o de incesto con menores de por medio, es duro.
Por suerte, no todas las historias del libro están en lo dicho anteriormente. Sara, la nueva cuidadora de la abuela, será la que encandilará a varios Belitre, que lucharán por su amor. Y mientras tanto, el abuelo Abelardo, emprenderá su cruzada ante los ateos y los fumadores, acompañado de dos Testigos de Jehová que esconden un gran secreto. Aquí estarán los momentos más cómicos de la novela.
Todo lo dicho hace que, sinceramente, no pueda recomendar esta novela. La historia está bien contada, y en ocasiones puedes llegar a sentirte un Belitre más, pero como he dicho, tanto sexo gratuito y tantas hormonas revolucionadas va quitando puntos a este libro.
Me alegra comprobar que en “Saber Perder” encontré a un autor más perfilado, con una narración y un estilo más maduro
Lo mejor: El abuelo Belitre, que sin quererlo ni beberlo, se ve convertido en un activista religioso y anti tabaco. Me encanta su amor a la poesía, aunque sea un pésimo “compositor de versos”
Lo peor: ¿Porqué hay tanto sexo innecesario en esta historia?
¡Hola César!
Buena reseña, me gusta como escribes. Aunque a ti no te ha gustado el libro, a mí me parece bastante interesante (y lo único que sé de él es lo que he leído aquí), y si está bien escrito como comentas al principio, creo que puede ser una buena lectura.
Además, como ya he comentado antes, tengo fe ciega en la editorial Anagrama, aunque como todo, será una cuestión de gustos.
¡Te sigo leyendo por aquí!
Pues eso, que no sabía yo que David Trueba también escribía novelas. Y ya que lo recomiendas, pues habrá que hincarle el diente.
Respecto a lo del sexo… qué decir. (Casi) Todas las películas españolas orbitan o se basan en el sexo. Así que no se puede esperar menos de un director metido a escritor (o viceversa).
Dios mío… porqué no habrá más Amenábares en nuestro cine….
No hay más Amenábares en nuestro cine porque…
¡Amenábar sólo hay uno!
(Me encantan los chistes fáciles y este me lo has puesto a huevo).
Y otra pregunta ¿De verdad que haya mucho sexo en un libro puede ser malo?
¡Qué va a ser malo!
Un conocido solía decir que el único sexo malo es aquel al que no le habían invitado. :-DD
Coincido con Francisco en que el cine español esta ligado al sexo siempre, y que Trueba no iba a ser una excepción.
Yo estoy a favor de que el sexo aparezca en los libros, y que abunde si haga falta; no hay más que leer a Roth, Murakami o a Auster, que siempre lo tienen presente. PEro como digo en la crítica, no se deben sobrepasar ciertas fronteras, ya que la gente puede sentir rechazo a continuar con su lectura.
Sabía que con lo que digo en la crítica puedo pecar de “pureta”, pero ni mucho menos, que quede claro,jeje.
Saludos
… que en una reseña se combinen tan bien los pros y los contras de un mismo libro, y que se puedan destacar sus cualidades sin por ello terminar recomendándolo. Bien por ti.
Pues eso, lo dicho.
Siempre agrada que hablen bien de tu trabajo.
Un saludo