Reseña del libro “Agatha Raisin y el veterinario cruel”, de M.C. Beaton
Hoy vengo a hablaros de una novela original, entretenida y, sobre todo, divertidísima. No sé por qué pero siempre me ha dado la sensación de que en verano necesitamos más libros así, distendidos. Quizás porque nuestra cabeza está menos activa o porque, directamente, no buscamos complicarnos la vida. Si te pasa como a mí, este libro tiene que entrar de inmediato en tu lista de pendientes.
Se trata de Agatha Raisin y el veterinario cruel, la segunda parte de la saga escrita por M.C. Beaton hace ya unos cuantos años y que ha vuelto a ponerse de moda por estos lares. Lo primero que tengo que aclarar es que no debe preocuparte que sea una segunda parte y que no hayas leído la primera (como es, por cierto, mi caso), porque son libros que se leen de forma individual de una forma fantástica ya que solo necesitas saber dos datos para no perder el hilo: Agatha Raisin es una jubilada que ha dejado su vida en Londres para vivir en la «tranquila» campiña inglesa y que, además, está totalmente enamorada de un militar jubilado llamado Lacey que hace lo imposible por quitársela de encima, casi con el mismo empeño con el que Agatha intenta conquistarlo.
El caso es que este libro comienza con un desengaño de Agatha, ya que se había enterado de que su querido Lacey se iba a ir de vacaciones a un lugar paradisiaco y ella se las ingenió para contratar las mismas vacaciones que él. Sin embargo, en el último momento, él decide cambiar las aguas turquesas por las pirámides de Egipto, en busca de ¿historia y calor? y, sobre todo, de tranquilidad lejos de Agatha. Será justo después de ese desengaño cuando Agatha conozca al nuevo veterinario del pueblo, un apuesto guapetón con el que necesita entablar conversación cuanto antes. Así que ella (al igual que todas las mujeres del pueblo, parece ser) acaba en la clínica con su gato (perfectamente sano) en busca de la primera toma de contacto. Ay… Agatha no se podía creer que el veterinario hubiera caído tan pronto en sus redes, ni siquiera durante su primera cita.
Sin embargo, a las pocas horas, el veterinario aparece muerto y Agatha decide investigar por su cuenta para descubrir quién pudo osar arrebatarle este nuevo amor platónico que ya se estaba cociendo. Lo más gracioso de todo es que el destino, caprichoso y juguetón, hará que Agatha lo tenga que investigar junto a Lacey, que ya no sabe qué hacer para quitársela de encima.
Normalmente no suelo ser tan exhaustiva con las sinopsis de los libros, pero es que esta me tiene fascinada. No hay un solo detalle que no grite «drama chic» por todos sus costados y no quería dejarme nada en el tintero. M.C. Beaton nos regala una protagonista que, a pesar de que pueda caer mejor o peor (te juro que a mí a veces me daban ganas de tirarle de los pelos, si te soy sincera), es única en su especie. Es tan auténtica que cualquiera de las locuras que comete en el libro son perfectamente ubicables en su persona. ¡Es que es capaz de cualquier cosa con tal de conseguir lo que se propone!
Y no solo la historia en sí me ha gustado. Hay un detalle que ha hecho que me quedara con ganas de continuar esta saga, y es el hecho de que se nota muchísimo que la autora se lo pasó en grande dándole vida a Agatha. En serio, me la puedo imaginar perfectamente delante del papel en blanco riéndose de todas las locuras y disparates que va a cometer su protagonista. ¡Y su lengua tan afilada! Agata es inglesa hasta la médula y la autora lo demuestra con cada uno de sus comentarios. Una barbaridad.
En definitiva, que me alegra muchísimo que Salamandra haya optado por reeditar estos libros porque no se merecen caer en el olvido. Y es que tienen todo lo necesario si lo que buscas es pasar un buen rato, divertirte y conocer a una protagonista a la que jamás podrás olvidar.