Vuestra vida es normal y corriente. Sois jóvenes, vivís con vuestros padres, vais al instituto, y de pronto un buen día —bueno, mejor dicho, un «mal día»—, todos los adultos mueren fulminados. Los únicos supervivientes son niños y adolescentes. No tenéis a nadie en quien confiar, y al poco tiempo los que cumplen veintidós años mueren también. El virus sigue vivo y no deja títere con cabeza. La locura se apodera de los que están cerca de los veintidós y se dedican a implantar el miedo a vuestro alrededor, sin compasión. Como les queda poco, ¿por qué no arrastrar con ellos a los demás?
Escalofriante, ¿verdad? Pues esto es lo que ocurre en la obra ganadora del Premio Jaén de Narrativa Juvenil 2019 Ahora llega el silencio, de Álvaro Colomer. La situación es desastrosa. El miedo, el hambre, la locura y la inquietud invaden las calles. Sin embargo, una chica de dieciséis años que responde al nombre de Astrea no piensa quedarse de brazos cruzados. Sacando todo el valor que hay en ella, tratará de buscar una salida a lo que todos llaman El Silencio. Y ante El Silencio, Astrea no se quedará callada.
Si sois amantes de la mitología griega, el nombre de Astrea os tiene que sonar. Pero si no lo sois, os diré que Astrea es la diosa que lleva los rayos de Zeus en sus brazos, personifica la justicia y se la representa portando una antorcha… Casualmente como la imagen de la portada. ¿Coincidencia? Ya veréis que no.
Esta historia apocalíptica se desarrolla en Barcelona, y eso captó completamente mi atención. ¿Será porque ya estoy harta de encontrarme sociedades distópicas en ciudades de EEUU o del Reino Unido? ¡Por fin un lugar cercano a nuestras vidas! Y en esta ciudad aterriza el devastador Silencio, la carencia del ruido provocado por los adultos, con su ajetreo, sus trabajos y sus coches. Pero, ¿por qué ha pasado esto? ¿Quizá los adultos nos mantuvimos en silencio cuando el planeta estaba muriendo? No hicimos nada por remediarlo. ¿Por eso el mismo silencio acabó con nosotros? ¿Por eso la naturaleza les da una oportunidad a los niños para que ahora sí alcen la voz y luchen contra el sistema y el fin de la humanidad? Sencillamente, el planeta se ha cansado de que nos riamos en su cara y ha hecho una limpia como lo hizo Dios en su día. Solo que en este caso, en lugar de tener un arca llena de animales, nos encontramos con una ciudad repleta de niños y jovenzuelos desesperados.
Hace poco leí una entrevista al autor en la que decía que escribir para un público juvenil le entusiasma, le hace sentir más libre, más seguro, más feliz. Yo lo he notado en cada uno de los capítulos, en cada una de las páginas, en cada una de las palabras de Astrea. Álvaro Colomer ha logrado, de forma natural y casi sin darme cuenta, que me ponga en el lugar de los niños, en el lugar de esta joven. Y es que es muy doloroso que de un día para otro, tú, una adolescente, tengas que encargarte de enterrar a tus seres queridos. Se supone que los adultos están para cuidarnos, para protegernos. Pero de repente, eso ya no importa. Todo cambia por completo y debemos afrontar una dura y diferente realidad que no era la que nos habían prometido.
Reconozco que esta novela me ha emocionado en diferentes momentos y que alguna lagrimilla se me ha escapado. Me ha mantenido en vilo todo el tiempo, me ha dejado sin aliento en ocasiones y me he sorprendido a mí misma huyendo junto a Astrea, viviendo al límite. ¡Pero qué valor tiene esta chica! Desde el comienzo ella no se achanta, lucha por la justicia y defiende al más débil. No está dispuesta a encerrarse en una jaula de oro con suministros, como otros, y resignarse a vivir bajo el yugo de un tirano que impone sus leyes mientras el resto sufre. Astrea no lo piensa soportar. Y la verdad es que yo tampoco hubiera consentido algo así, porque odio la injusticia. Nunca me he callado, y aunque muchas veces en diferentes situaciones de mi vida sé que he resultado incómoda por preguntar demasiado y meter las narices donde no me llamaban, no me arrepiento.
Ahora llega el silencio, de Álvaro Colomer, nace de la novela El Señor de las moscas para desembocar en una lucha donde la unión hace la fuerza y las palabras son más poderosas que los puños. Un viaje en el que conoceréis amazonas, profetas y niños perdidos en busca de Peter Pan. Seréis testigos de la transformación de diferentes personajes, pero sobre todo llegaréis a admirar a Astrea, una Manuela Malasaña en un siglo XXI apocalíptico. Ella os demostrará que es posible mantener la esperanza en una era caótica, y que de una situación desoladora se puede sacar lo mejor para levantar una nueva sociedad. Leed el libro y soñaréis con su libertad iluminando el mundo.