Al desnudo de Chuck Palahniuk
Voy a reconocer una cosa que enfurecerá a los admiradores de este autor. Ahí va: no he leído su obra maestra “El club de la lucha”. Y diréis algunos, ¿cómo es posible que siendo fiel seguidor de las novelas de Chuck Palahniuk no la hayas leído? Pues porque no ha caído, porque no ha habido un momento en el que me apeteciera abrir el libro por la primera página y porque, después de mucho pensarlo, me dejó un gusto tan sabroso la adaptación al cine de David Fincher, que opté por hacerme con otros libros del autor. Y desde su “Superviviente” hasta esta última “Al desnudo” he pasado tantos buenos ratos que, como no podía ser de otra manera, se merecía una reseña como mandan los cánones. Porque algo bueno tiene que tener un autor, polémico donde los haya, al que se le atribuyen frases pletóricas como tener hijos es el opio del pueblo o nos regala cada año con una nueva crítica de la sociedad en la que vivimos.
En el mundo del cine, todas las estrellas tienen una vida privada que guardan bajo llave. Pero, ¿qué sucede cuando es nuestra empleada la que cuenta nuestras miserias, nuestros amores, nuestros desengaños? ¿Y qué sucede cuando nuestra mujer de confianza intenta por todos los medios que, nuestro flamante nuevo amor, no nos asesine para escribir una biografía nuestra que le hará rico? Porque en el mundo de Hollywood, la vida de una estrella de cine vende, pero su muerte nos puede llevar a la misma gloria.
Un juego de excesos, eso es lo que es esta novela “Al desnudo“. Chuck Palahniuk no escatima nunca en ponernos sobre la mesa de operaciones que son sus libros, disecciones de mundos que nos rodean en el día a día, sacando su lado más perverso, más irónico, más retorcido y, si se me permite la licencia, más escatológico. Es cierto que los libros de este autor no están hechos para todo el público, pero también es cierto que (salvo patinazos como “Entre Fantasmas” o “Diario: una novela”) la buena literatura, esa que te hace pensar más de la cuenta, requiere de paladares exquisitos, de momentos triunfales y de ganas de más y más. ¿Y qué es lo que nos regala nuestro amigo Chuck en esta nueva novela? Pues una mirada al más puro estilo Jack el Destripador de los entresijos del cine de los años dorados de Hollywood, donde una dama de ojos color violeta está empeñada en hacerse eterna a través de sus películas, su bótox, su alcoholismo y un recorrido por los maridos que la han abandonado… tan extenso como las arrugas que pueblan su cara de artista venida a menos. Llena de momentos hilarantes (los momentos en la cripta donde guarda las cenizas de sus maridos y sus mascotas son impagables), referencias a la literatura (novelas dentro de una misma novela) y una historia de futuros asesinatos, se convirtió en un momento en un libro que no pude soltar.
Y aunque se nota que la madurez ha llegado a las manos de Chuck (no es, ni de lejos, una de las novelas más provocadoras del autor), no ha perdido ni una mínima parte de su mala leche, de esa ironía que te deja una sonrisa en la boca cuando te vas dando cuenta de que Chuck es un tramposo de los de la vieja escuela. Porque en realidad, en todos sus libros, nada es lo que parece, y no es hasta el final del libro cuando te das cuenta de que todo lo que has leído antes, resulta que es otra cosa, otra historia muy diferente a lo que te habías creído en un primer momento. Porque como si fuera una trampa para ratones, este autor (simpático como él solo en las distancias cortas cuando te firma un ejemplar), te deja acercarte, hacerte partícipe de la historia, para luego, ¡zas!, abofetearte en toda la cara y decirte: te dije que no debía fiarte de nada de lo que te estaba contando. Y eso, al menos para mí, es grande, muy muy grande en un autor.
Por eso, si queréis pasar un rato agradable, si tenéis un momento para un libro irónico, si os apetece meteos en el fango de lo que es el ser humano: “Al desnudo” es uno de esos libros. Los que no tengan ganas: también es uno de vuestros libros, porque siempre se puede aprender algo nuevo (y oscuro) que merezca la pena.
Tengo que reconocer que no he leído aún nada de Chuck Palahniuk. Y me he resistido a ver El club de la lucha, porque sé que si la veo, terminaré por no leer el libro. Pero me dejas con ganas de probar ya a este autor. Y me apunto también esta novela, que esa ironía con mala uva me gusta. Y parece que en esta obra hay mucha. ¡Una gran reseña!
Besotes!!!