Alice

Alice, de Milena Agus

Alice

Existen en la literatura las historias grandes. Relatos que, por su extensión, por su intento de escenificar un momento de la Historia, son capaces de recrear pasajes que, aunque no hayamos vivido, nos los acercan a la imaginación. Y después, existen las historias pequeñas. Historias que traducen en palabras las relaciones del día a día, del mundo que nos rodea a las mañanas, a las noches. Momentos a los que, muchas veces, no prestamos atención, pero que forman lo que vivimos… y lo que sentimos. Así es “Alice”, así es la escritora Milena Agus, así es la vida de este bloque de vecinos en los que nos encontramos, en el que vivimos, en el que gastamos (y malgastamos) parte de nuestras vidas. Y es que, ¿acaso es imposible contar algo que te llene dentro siendo tan pequeño?

Esta novela, “Alice”, es un conjunto de relaciones, un regalo de diálogos, un sabor a mar visto desde la ventana. También son los ojos de un niño pequeño que se da cuenta que los adultos siguen siendo niños; los miedos de una chica celosa porque le roben a su novio; la desgracia de perder a unos padres cuando aún no se sabe lo que es la pérdida (o no debería saberse). Pero además de todo eso, “Alice” es una pasión, una alegre mirada a la locura que las personas cometemos por amor, un riesgo a perdernos a nosotros mismos cuando el resto ya se ha perdido para siempre, y un miedo a ser querido, nunca a querer, porque dejar entrar a alguien en tu vida puede causar dolor, como un pinchazo de una aguja, que al principio duele, pero se pasa con el tiempo. Porque Milena Agus nos envuelve en su idioma, en un mundo de sentimientos, de comida que degustar a base de palabras, en un plato que rebañar con los cincos dedos de la mano, para después saborearlos, pacientemente, y que nuestro estómago pueda digerir la vida de sus personajes, del Cagliari hipnótico, del París olvidado, y de un universo desconocido por todos nosotros: el de la verdad escondida en un puño.

No hay una receta para el desamor. Milena Agus nos aborda como una flecha, directa a la diana, y yo me he rendido. Ya lo hice hace tiempo con su “Mal de piedras”, y esta pequeña historia que es “Alice” me ha envuelto en un aroma que hace tiempo no conocía. Una mirada a través de la mirilla, un ir y venir de secretos, de mudanzas interiores cuando son nuestros miedos los que nos hacen cambiar la piel, desnudarnos, ser sinceros con el mundo que nos rodea, y un grito, es la imagen que resuena en mi cabeza, un grito sobre la libertad, sobre ser y dejar ser, sobre las apariencias que engañan y que no te dejan ver la realidad, como si fueran un telón que todo lo cubre, pero que con un simple tirón se cae por su propio peso. Porque la locura es eso precisamente: arriesgarte a no ser normal, a hacer lo que no se espera de ti, a no seguir lo que el destino se ha encargado de dictarnos. Porque en las letras, en las historias que se escriben con palabras, no hay nada mejor que salirse del margen y nadar, sentirte libre para que las olas te lleven a otros sitios, otros lugares, como lo consigue “Alice”, como lo consigue la gran escritora Milena Agus.

Tampoco hay recetas para la buena literatura. No se trata de extensiones, del número de páginas, de contar una gran historia. Puede ser simplemente ponerle ganas, resucitar viejos fantasmas, sacarlos a la luz, y embellecerlos, ponerles un nuevo nombre… quizá ese nombre pueda ser “Alice”


1 comentario en «Alice»

  1. ¡Me gustó mucho el final de la reseña!

    Coincido. Milena Agus es simple pero tiene un nosequé con sus personajes austeros, que no dicen mucho y sin embargo se rodean en personajes que simbolizan los lazos productos del amor. Sus novelas, percibo, definen al cariño entre las personas.

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