Almuerzo en el café Gotham

Reseña del libro “Almuerzo en el café Gotham”, de Stephen King

Almuerzo en el café Gotham es un relato de Stephen King publicado originalmente en la antología Dark Love en 1995 y, ahora, vuelve con una nueva traducción de Iñigo Jáuregui y con las ilustraciones de Javier Olivares. Es la editorial Nórdica Libros la que nos pone en bandeja de plata este almuerzo una vez más, para que lo podamos disfrutar con el tipo de ilustraciones que hacen que cualquier historia doble su valor.

La vida de Steve Davis cambia radicalmente cuando un día su esposa le comunica con total frialdad que lo abandona. A partir de ese momento, Steve dejará de fumar y entre el sufrimiento por la abstinencia de nicotina y la reunión que va a mantener con su mujer y el abogado de ésta…todo se le complica. Además, nada le puede preparar con suficiente fuerza como para poder enfrentarse a la pesadilla (al más puro estilo Stephen King) que va a encontrarse en el famoso y lujoso bar de Manhattan, El Gotham.

Yo no sé si llevo mejor un libro extenso de King donde durante más de 1000 páginas me pone la carne de gallina, o este tipo de historias concentradas en menos de 50. No lo sé, sinceramente. Lo que sí es seguro es que Almuerzo en el café Gotham me ha resultado tan estresante como cuando he leído uno de los extensos.

Las ilustraciones realizadas para esta edición por Javier Olivares, son divertidamente realistas; reflejan a la perfección las miradas cínicas, los ojos llenos de locura, el brillo de los cuchillos, el fuego,… han resultado un acompañamiento perfecto para esta historia de Stephen King.

Siendo lectora habitual de sus novelas, sabía desde el principio que algo raro iba a ocurrir en el café Gotham donde tiene lugar el almuerzo, pero la verdad es que lo que yo tenía en mente, resultó ser muy diferente a lo que acabó sucediendo.

A este autor no le llaman “el rey del terror” por casualidad, es maravillosa la forma que tiene de adentrarte en una historia, hacerte congeniar con los personajes sufriendo en la misma medida que lo hacen ellos, y en Almuerzo en el café Gotham vuelve a demostrar por qué debe llevar con orgullo ese título honorífico. Es genial.

Steve Davis podrías ser tú mismo intentando averiguar por qué de pronto la vida que tenías planeada se ha vuelto del revés y se ha convertido en algo totalmente opuesto, y te duele como jamás habrías pensado que lo haría. Su decisión de dejar de fumar en un momento así es una manera de poder controlar algo de lo que está pasando a su alrededor; en cualquier otra circunstancia habría seguido fumando sus entre 20 y 40 cigarrillos diarios, pero ahora necesita ejercer cierto control sobre sí mismo.

No sabemos si esa decisión le va a venir mejor o peor cuando se tenga que reunir con su mujer (futura exmujer, si él no lo remedia) y el abogado de ésta en ese extraño café con ese metre tan extravagante que le mira como si lo conociera y actúa de forma tan extraña.

El café Gotham es muy luminoso, piensa Steve, Eso le gusta, le da tranquilidad saber que por una vez podrá ver qué está bebiendo y comiendo. Pero también podrá ver claramente las expresiones en la cara de Diane y su insigne abogado (un tipo enorme que se empeña en llamarlo por su nombre de pila como si fueran amigos de toda la vida y que como siga así se va a llevar una de esas caricias a mano abierta que tantos malos resultados dan a los maridos demandados en los juzgados).

Leer Almuerzo en el café Gotham ha sido, en definitiva, una enriquecedora experiencia, porque sigo ampliando mis conocimientos sobre la psique humana (con Stephen King es lo mínimo que se logra), lo demás es ir subiendo hasta donde alcance su poder. Gracias a iniciativas como ésta de la Editorial Nórdica de reeditar joyitas poco conocidas, podemos disfrutarlas con toques muy originales. Seguiré los pasos de Javier Olivares, a ver dónde me llevan.

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