Alquimia ha de ser, de Alfredo Rodríguez
Título: Alquimia ha de ser
Autor: Alfredo Rodríguez
Editorial: Renacimiento
Páginas: 54
ISBN: 9788484729907
No es la primera vez que os traigo un poemario de Alfredo Rodríguez, y seguramente tampoco será la última. En esta ocasión os acerco Alquimia ha de ser. Y es que, como me ha puesto muy cariñosamente el autor en la dedicatoria, “Alquimia ha de ser la poesía cuando lo es de verdad”… ¡Cuánta verdad!
En esta ocasión, el diseño del poemario es sencillo y manejable a la par que elegante, plasticidad conseguida en las palabras y en las páginas… Y en los versos
Alquimia ha de ser, porque si Alquimia es, literalmente y según la RAE, el conjunto de especulaciones y experiencias, generalmente de carácter esotérico, relativas a las transmutaciones de la materia, que influyó en el origen de la ciencia química.
Qué suerte el que de ti no se enamora,
Pues no tuvo señor a quien rendir sus cuentas,
Su azarosa vida con tal hechicero encanto
Que pudiera beberse en abundancia.
Pues que nada nace de la Nada, todo cuanto
ocurre, el gozo de los sentidos, la ignorancia
y sus temores, buscar el placer
y huir del dolor, el bien fácil de conseguir,
malvasía de aroma embriagador,
todo perturba la mente en reposo.
Y tuvo como fines principales la búsqueda de la piedra filosofal y de la panacea universal. Debemos estar de acuerdo en que el título de un poemario Alquimia ha de ser.
Mariposa nocturna,
has venido hasta mí para quedarte
porque estabas conmigo, como punta de plata
en dibujo preciso. Derrotado en la liza,
bella esfera del alma, fuego lunar secreto.
Y así, en su segunda acepción nos dicen que significa, transmutación maravillosa e increíble. Y claro, no puedo dejar de pensar que Alquimia ha de ser cada uno de los poemas en los que Alfredo se define así mismo y al mundo.
Igual que fluye el rocío divino
el flujo de la luz difusa en la materia,
la sal espiritual de la verdad,
eleva su misterio al alma iluminada,
morada falsa, larva de serpiente,
su canto que va anunciando la aurora.
El alma bella y pura, la que disuelve el cuerpo
igual que su fortificación alquímica.
Como una esposa mística, soberana del mundo,
como la inaccesible esencia divina,
como los siete espíritus de dios,
profeta fabuloso,
atravesando descalzos sus brasas.
Y cerrando la tercera, y última parte de esta fiesta de Alquimia que nos ofrece Alfredo, en este ya, su séptimo poemario, querría yo dejarle la bendición de esos dioses que a todo poeta, que hace alquimia, acompañan.
Será un último ardid que consuma lo impuro,
con el estímulo de su apetito
las pasiones más bajas,
como un pájaro que vuelve a la Vida,
el azogue que mata, atiza el fuego,
alquimia ha de ser.
Será la perfección o si no, no será nada,
en la quimera de luz y tinieblas,
el espejo de fuego revelado,
el poema será en su doradura,
y de dos cosas, sí, hará una sola,
la esencia de su credo.
Heme aquí, puro, sin tacha de amor
al despuntar el día,
como quien lava suelos con el agua de rosas.
Tengo el poema omega,
alquimia ha de ser.
Disfrutad de estos versos que todo dicen sobre el interior de este poeta pamplonés que ya curtido en mil batallas, regresa para darnos lo mejor de él.
Susana Hernández
Pues sí, alquimia ha de ser esa forma de jugar con las palabras y sus sentidos. El poeta se desahoga y divierte, y yo que no sé de estas cosas, alucino un poquito. (Parece hasta un verso, jeje. Es broma).
Claro que sabes de estas cosas, Icíar!!! Y mucho…!
Un abrazo !