Amigas, de Lauren Ace —el libro que hoy os traigo—, nos cuenta cómo nace y se desarrolla la amistad entre cuatro niñas: Ana, Carla, Alicia e Indira. Todas diferentes en todos los sentidos, y a la vez iguales en lo que de verdad importa: el amor y el cariño que sienten las unas por las otras. Cada una tiene una personalidad distinta que encaja a la perfección con la del resto de niñas. Lo que a una le falta, lo compensa otra. Lo que a una se le da mal, a otra se le da bien. Y por eso no pueden vivir las unas sin las otras. Las cuatro se quieren y se necesitan.
Pero su amistad es lo que es gracias a un árbol que da manzanas. Y es que ese árbol se convierte en su lugar de encuentro. Un árbol que no es mágico, ni especial, ni maravilloso. Pero es el árbol de las cuatro amigas. El que presencia desde su infancia cómo se conocen y los sentimientos que surgen entre ellas. El testigo de sus peleas y enfados, así como el que respira tranquilo cuando hacen las paces. Y sin él su amistad no sería lo mismo, porque a pesar del paso de los años, las cuatro amigas saben que aunque todas maduren, como las manzanas del árbol, siempre que quieran volverse a ver y estar juntas, su árbol allí estará para abrazarlas y unirlas de nuevo.
Bello, cuidado, delicado y también divertido. ¡Claro que sí! Con todos estos adjetivos quiero definir este libro. Porque creo que la autora ha tenido un gusto exquisito al decidirse por escribir esta historia, y por si fuera poco ha contado con las magníficas y coloridas ilustraciones de mi querida Jenny Løvlie —digo «mi querida» porque ya pude deleitarme con sus dibujos en Kitty descubre su poder y Kitty salva la noche—.
Autora e ilustradora nos presentan la amistad pura, sin envidias, sin prejuicios y sin miedos. Porque ese tipo de amistad existe y, aunque es difícil de encontrar —y de conservar, por supuesto—, si nos lo proponemos y tenemos paciencia, podemos hacer que nuestra amistad con otras personas perdure en el tiempo.
Nadie ha dicho que sea fácil, porque no lo es, pero con dedicación, comprensión y, sobre todo, no dejando que el tiempo y el olvido se adueñen de nosotros, sí que debemos ser capaces de hacer que nuestros amigos permanezcan a nuestro lado.
En mi caso, cuando yo iba al instituto hice amistad con tres chicas. A dos de ellas les gustaba mucho el fútbol, pero a mí y a la otra chica no mucho, preferíamos hablar de cine. Y a pesar de todo, nos encantaba estar las cuatro juntas. Hablando de nuestras cosas, de nuestras penas, de nuestras alegrías, de nuestros proyectos futuros. Tal y como les ocurre a las protagonistas de esta historia.
Por eso me he sentido muy identificada con ellas, con la amistad que viven. Cómo evolucionan, cómo crecen, cómo se convierten en adultas independientes, y… cómo vuelven a unirse pasados los años para seguir compartiendo sus experiencias.
Ellas, como las manzanas, crecen unidas colgadas del árbol. Forjando su amistad y haciéndola cada vez más fuerte. Como veis, una comparación preciosa y original la que hace Lauren Ace. Y, como las manzanas, las protagonistas maduran y deben abandonar dicho árbol. Pero, como os he comentado antes, eso no impide que vuelvan a disfrutar de su amistad en un futuro. Porque cuando de verdad quieres a alguien, cuando de verdad te preocupas por esa persona, no importa la distancia ni las ocupaciones que tengas. Al final, siempre vuelves a ella.
Y para ella, para mi mejor amiga —la niña que compartía conmigo su pasión por el cine y a la que le regalé mi ramo de novia— va dedicada esta reseña. Porque este libro me ha hecho pensar en ti. Porque aunque pasen los días, los meses y los años, siempre encuentras un momento para que podamos vernos. Siempre estamos ahí para escucharnos, para contarnos nuestros problemas, para reírnos recordando anécdotas, para ver una película, o simplemente para tomar un café.
Porque Amigas es un libro que nos recuerda precisamente que amigas se pueden tener muchas, pero a las de verdad hay que cuidarlas y guardarlas en nuestros corazones para que el tiempo y la vida no se las lleve sin que hayamos podido disfrutar de ellas.