Cuando era pequeña, una de mis profesoras me animaba constantemente a que jugase en el recreo con un grupo de niñas. Ellas eran las populares de la clase, todas con sus falditas, sus diademas, sus cartas de cambiar perfumadas, y sus conversaciones tontas, absurdas y vacías. A mí no me apetecía mucho, pero al final cedí y salí al recreo con ellas en un par de ocasiones. Pues dos veces contadas bastaron, ninguna más.
No tenían nada que ver conmigo, no compartíamos ideas, gustos, aficiones, pensamientos, nada. ¡Qué aburrimiento! Donde de verdad me sentía en mi salsa era en la biblioteca leyendo o en el patio, debajo de un árbol, charlando con mis tres amigos: dos niños y una niña. Pero claro, ellos no eran los más populares de la clase, ni los más guapos, ni los más listos, ni los más deportistas. Pero eran mis amigos. Y con ellos compartía muchas cosas, estaba a gusto, era yo misma. Sin embargo, cuando estaba con esas otras niñas me sentía totalmente fuera de lugar. Lo mismo le ocurre a Ángela, de José Francisco Viso, la protagonista del libro del que hoy os voy a hablar.
Ángela es una pequeña jirafa que acaba de nacer, pero para sorpresa de toda su familia y del resto de animales de la selva, tiene algo distinto a sus congéneres. Ese algo, al igual que en El patito feo y Dumbo, le hace llamar la atención y generar rechazo por parte de muchos. Sin embargo, lo que los demás desconocen es que esa diferencia podrá salvar la vida de Ángela. Y gracias a ella, encontrará protección en los animales más inesperados.
Yo misma me he sentido siempre un poco diferente al resto. «Bicho raro», «friki», «rarita»… Me son todas familiares. De niña me costaba aceptar que me tratasen así, y reconozco que algunas veces quise ser como los demás, y que me gustase lo mismo que a los otros. Pero no podía obligarme a hacer cosas que no me interesaban en absoluto. Y yo digo, ¿qué más da lo que opinen de uno? Porque, ¿sabéis qué? A mí me encanta ser un «bicho raro». ¿Por qué ser del montón cuando puedes ser único y original? Seguir nuestras verdaderas pasiones es lo que nos abre puertas, lo que nos hace especiales, lo que de verdad importa.
El propio autor comentó en la presentación de la fábula que Ángela es una niña de verdad que nació «con algunas características especiales». De hecho, el cuento está dedicado a ella. Es algo enternecedor, algo mágico. Me maravilló y me hizo ser muy consciente de la existencia de personas que, de primeras, nos pueden parecer diferentes al resto. Personas que realmente no son tan distintas de las demás, incluso puede que tengan cualidades mucho más interesantes que otras. Por eso, creo que debemos abrir bien los ojos y permitirles entrar en nuestro mundo. Sin diferencias, todos iguales.
José Francisco Viso y María Luisa Torcida, autor e ilustradora, han formado un gran equipo en la elaboración de este precioso cuento. Lo que más me ha gustado es la manera en la que nos narra la historia José Francisco. Me imagino a este profesor contándole el cuento a los más pequeños demostrando una gran sensibilidad y cariño a través de sus palabras. Así me lo ha transmitido a mí. He vivido cada instante de Ángela como si fuera ella o estuviera con la pequeña jirafa en la selva. Cuando se levanta, cuando se cae, cuando se ve en peligro… Todo ocurre en presente, en el momento. Eso es algo emocionante porque me ha hecho disfrutar del aquí y del ahora.
A su vez, las ilustraciones de María Luisa representan a la perfección lo que experimenta nuestra protagonista. Las expresiones de cada personaje, tanto en las escenas más tiernas y divertidas como en las más tristes, traspasan las páginas. Caras de auténtica sorpresa, de pena, de miedo, de enfado, de vergüenza… Es complicado poder reflejar de verdad todas esas emociones a través de unos dibujos, pero la ilustradora sí ha sido capaz de hacerlo demostrando que algo difícil parezca fácil.
Niños, adultos, nietos y abuelos, papás y mamás. Todo el mundo podrá disfrutar con este hermoso cuento. Lo podréis leer en un ratito sentados en el sofá, lo podréis contar a vuestros pequeñajos que pondrán los ojos como platos al ver las espectaculares ilustraciones. Lo podréis vivir, pero, sobre todo, lo que no podréis será olvidarlo. Porque Ángela está escrito para ti, que en algún momento de tu vida, aunque sea solo durante un segundo, te has sentido fuera de lugar.