#Annoyomics, de Risto Mejide
– Y ahora, ¿qué estás leyendo? A ver…
– El nuevo libro de Risto Mejide, #Annoy… #Annoyomo… mierda… #Annoyomics
– ¿Risto Mejide? ¿Pero ese sabe escribir? Si yo creía que lo único que hacía era meterse con la gente en la tele…
– Pues no no, ha escrito un libro, bueno en realidad es el cuarto que escribe ya, y este es muy interesante, ¿quieres saber de qué va?
– Si no hay más remedio… aunque sigo pensando que tú lees unas cosas muy raras…
– Calla hombre, mira, habla del arte de molestar, y te muestra un método para construir la molestia en tu propio beneficio, para construir la molestia en un modo de sacar beneficio.
– Vamos, ¿me estás diciendo que ese tío ha escrito un método para ganar dinero tocando los cojones a la gente? ¡Ese hombre es mi nuevo ídolo!
– No no, que no me he explicado bien, a ver déjame intentarlo de nuevo…
– Bueno, bueno, un método para tocar los cojones y además hacerme rico, ese tío sí que sabe lo que es bueno… te voy a dejar, voy a ver si tocando la moral a mi madre me consigo sacar unas pelas para esta noche… Te lo digo en serio, lees unas cosas muy raras…
– Que no joder, que no me he explicado bien, si me dejar…
– Vale vale, no hace falta ponerse así, te escucho…
– Bien, esto va así…
Lo esencial es que hablen de uno, aunque sea bien. Risto Mejide envuelve la molestia, pero la buena, la que sirve para algo, con el disfraz de éxito. ¿Sabíais que existen dos tipos de molestia, y que sólo una tiene la virtud de hacernos ascender en vez de hundirnos en la mierda más absoluta? Pues aquí encontraréis las claves para molestar, para cabrear al personal, pero de una forma sistematizada que, si bien no es igual para todos, conseguirá que, al menos, se hable de uno y eleve el valor en alza que todos podemos llevar dentro. ¿Y qué hay que hacer, eh eh eh?, os preguntaréis con verdadera saña, queriendo apuntar con verdadera devoción las palabras del autor. Pues bien, me temo que para eso tendréis que leer el libro, no vaya a ser que me salga competencia, ¿no?
– Venga hombre, me estás diciendo que si yo aprendo a molestar, ¿es posible que saque algún beneficio de todo eso?
– Bueno, eso es resumirlo demasiado, pero sí, si lo quieres ver así, es más o menos lo que te estoy intentando decir.
– ¿Y en serio me dices que este libro es interesante? Creo que tendrías que darte más a la vida alegre que a leer, porque de verdad…
– No entiendo por qué no me escuchas con atención, te estoy intentando explicar de qué va el libro de Risto Mejide y tú lo único que haces es cerrarte en banda, abre tu mente, explora, amplía tus horizontes culturales…
– ¿Y ahora en qué te has vuelto, en un gurú espiritual o qué?
– … Déjalo, contigo no se puede.
Si dices algo, molestas a alguien y si nadie se queja, es que no has dicho absolutamente nada. Esta frase, base del libro que tenemos entre manos, ejemplifica a la perfección lo que Risto Mejide quiere decirnos, a saber: que en el noble arte de la molestia, debe haber un enemigo que reaccione. Y es que en esta vida, si lo que pretendemos es molestar, es cabrear al personal, es incordiar desde una postura centrada en el mundo de los negocios, tenemos que tener muy claro aquello que queremos hacer, a quién queremos hacerlo, cómo, para qué y dónde queremos hacerlo. Y todo eso, queridos lectores, lo encontraréis en “#Annoyomics”, pero no porque yo os lo diga, que eso significaría que tengo más voz y voto de la que me imaginaba, sino porque nuestro autor nos guía de la mano, y a través de caminos llenos de baches, por el apasionante mundo de la publicidad que molesta, la publicidad que incordia, la publicidad que da que hablar, para hacernos entender, por encima de todo, que en esta vida hay que ser muy idiota para querer molestar y no tener a quién.
– ¿Qué quieres que te diga? A mí eso que me has contado del método #Annoyomics no deja de parecerme un libro de autoayuda vestido de ensayo para culturetas
– Pero, ¿tú que sabrás si ni siquiera lo has leído?
– Ah, pero, ¿acaso tengo que saber de algo para hablar de ello? Pero si en este país el deporte nacional es hablar de todo y todos sin tener ni puñetera idea
– … Hombre, visto así, tienes algo de razón, pero…
– Ni peros ni nada. ¿Qué quieres, que me lea el libro de Risto Mejide? Yo lo leo, no tengo problema, pero desde ya te digo que seguramente no saque nada nuevo de lo que pueda decirme
– Si no se trata de que encuentres algo nuevo, sino que refuerces lo que todo el mundo sabemos
– Ahora no sólo pareces un guía espiritual, también te pareces a Jorge Bucay
– Oye, un respeto…
– ¿Ves? Es lo que yo te decía, no sé si aprenderé algo nuevo o no, porque al fin y al cabo, molestarte, ya te he molestado un rato largo….