Antología poética, de Gonzalo Rojas
Un recorrido por la obra de Gonzalo Rojas, el poeta “marcado por el asombro”.
Hay autores de los que sólo nos acordamos cuando reciben un premio o cuando fallecen. Es el caso del poeta chileno Gonzalo Rojas; lo descubrí tarde, a pesar de su larga y reconocida carrera literaria, cuando le galardonaron con el premio Cervantes en el año 2003, y ahora, al enterarme de su fallecimiento, he vuelto a tomar su Antología poética y a releer sus versos.
Gonzalo Rojas poseía una de las voces más características de la poesía latinoamericana actual, una voz a veces sensual, a veces dura, y siempre intensa y turbadora. Incluso para alguien como yo, que no suelo leer poemas y que rara vez me salgo de los autores más conocidos, es evidente, apenas se leen unos versos, que la poesía de Rojas tiene algo especial, algo diferente. Aunque sus orígenes se encuentran en el surrealismo, el chileno eligió seguir un camino propio, suma de onirismo, reivindicación social, búsqueda de sus raíces latinoamericanas… una amalgama que nunca deja indiferente al lector.
Al silencio
Oh voz, única voz: todo el hueco del mar,
todo el hueco del mar no bastaría,
todo el hueco del cielo,
toda la cavidad de la hermosura
no bastaría para contenerte,
y aunque el hombre callara y este mundo se hundiera
oh majestad, tú nunca,
tú nunca cesarías de estar en todas partes,
porque te sobra el tiempo y el ser, única voz,
porque estás y no estás, y casi eres mi Dios,
y casi eres mi padre cuando estoy más oscuro.
El propio autor, en una entrevista, definió su obra como “marcada por el asombro“, porque “es el encantamiento desde el cual escribimos“. Gonzalo Rojas creía en una poesía “erótica, tanática, pero también de la inmediatez, parcamente sociológica, social y política“.
Rojas era capaz de alcanzar cualquier registro con sus poemas –irreverentes o divertidos, hermosos o terribles–, pero al leerlos siempre parecen vivos y palpitantes, con ritmo y carácter propios.
Pareja humana
Hartazgo y orgasmo son dos pétalos en español de un mismo
………………..lirio tronchado
cuando piel y vértebras, olfato y frenesí tristemente tiritan
en su blancura última, dos pétalos de nieve
y lava, dos espléndidos cuerpos deseosos
y cautelosos, asustados por el asombro, ligeramente heridos
en la luz sanguinaria de los desnudos:
………………..un volcán
que empieza lentamente a hundirse.
Así el amor en el flujo espontáneo de unas venas
encendidas por el hambre de no morir, así la muerte:
la eternidad así del beso, el instante
concupiscente, la puerta de los locos,
así el así de todo después del paraíso:
–Dios,
ábrenos de una vez.
Desde abajo
Entonces nos colgaron de los pies, nos sacaron
la sangre por los ojos,
………………..con un cuchillo
nos fueron marcando en el lomo, yo soy el número
25.033,
………………..nos pidieron
dulcemente,
casi al oído,
que gritáramos
viva no sé quién.
………………..Lo demás
son estas piedras que nos tapan, el viento.
Desde el asombro –quizá la única posición desde la que enfrentarse a la vida– Rojas creó una obra rica y cargada que no pierde la vigencia con el paso de los años. A través de sus versos, la poesía habla por sí misma.
Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas…
Desde mi infancia vengo mirándolas, oliéndolas,
gustándolas, palpándolas, oyéndolas llorar,
reír, dormir, vivir;
fealdad y belleza devorándose, azote
del planeta, una ráfaga
de arcángel y de hiena
que nos alumbra y enamora,
y nos trastorna al mediodía, al golpe
de un íntimo y riente chorro ardiente.
Javier BR
javierbr@librosyliteratura.es
No soy muy adepta de la poesía, aunque hay algunos autores que para mi son memorables. La Sonatina de Rubén Darío, por ejemplo, es uno de los poemas que más añoro como también los versos de Sor Juana Inés de la Cruz.
¿Por qué no darle una oportunidad a este libro también?
Gracias por tu propuesta.
saludos!!
Lo mio no es la poesía, pero… si alguna vez se me ocurre leer poesía, acá hay un buen consejo que seguiré!
Georgina, Roberto, ante todo, por favor disculpadme por el retraso en responder. Yo tampoco leo poesía habitualmente, pero de vez en cuando me gusta cambiar de registro y darle un descanso a la novela. La poesía de Rojas tiene una voz muy especial y, sobre todo a los que no estamos muy familiarizados con la poesía contemporánea, sorprendente.
Gracias por vuestros comentarios.