Reseña del libro “Araceli”, de Elsa Morante
En Araceli, la escritora italiana Elsa Morante nos presenta la historia de la española Araceli Muñoz Muñoz, la madre del narrador y figura sobre la cual orbitarán los recuerdos de Manuele. Morante nos narra la obsesión del hijo de Araceli a través de un viaje un tanto onírico a su pasado, a los momentos que compartieron juntos en los años que éste vivió con su madre.
Araceli supone así un retrato femenino increíblemente complejo, de una mujer misteriosa, a la que apenas Manuele conoció y de la que pretende saber más mediante un viaje que emprenderá a lo largo de unos días a El Almendral, pueblo almeriense de la que Araceli es oriunda.
Elegí leer Araceli porque no escondo en primer lugar, mi obsesión por las autoras italianas y en segundo lugar, porque Elena Ferrante (mi escritora preferida) siempre se ha referido a Morante como su maestra. Lo cierto es que me hubiese gustado empezar por su novela La historia, pero cuando supe de la existencia de esta reedición de la última novela que Elsa Morante escribió, pensé que sería buena idea empezar a leer su literatura por aquí. Y aunque considero que no debería haber leído primero Araceli, dada su complejidad y densidad, y aunque ha sido una novela turbia y que me ha traído de cabeza, me ha gustado. Me ha gustado como si de un secreto oscuro se tratase, Araceli me atrapaba, me fascinaba igual que a Manuele. Creo que su atractivo reside precisamente en eso: no podemos saber más de ella que de los recuerdos que éste guarda de su madre, igual que nos sucede en la vida real. No siempre es posible saber todo de una persona, porque en ocasiones, nosotros mismos solamente tenemos un punto de vista y es el nuestro, el cual no deja de ser limitado. Y durante su lectura no lograba parar de pensar en ello. No conoceremos a Araceli en profundidad, qué piensa, qué la impulsa, más allá de los ojos de un Manuele niño, de unos ojos infantiles que no logran entender los motivos por los cuales Araceli se lanza a esa vorágine de femme fatal y de enfermedad.
Manuele por su parte, se trata de un hombre entrado en la mediana edad que narra los hechos de su infancia, de su soledad, de esa madre que adoraba sin límites y de esa absoluta indiferencia que mostraba por su padre. Pienso que, a la vez, el viaje a El Almendral es una excusa de Manuele para encontrarse con sus propios recuerdos, dado que la historia se nos presenta como el motivo por el cual el hijo de Araceli acude allí, en busca de respuestas. Pero esas respuestas no las hallará más allá que en el propio pasado que arrastra, siendo este demasiado incompleto e incomprensible en ocasiones para él y para el propio lector.
Es una novela densa, complicada, pero comprendo a la Ferrante. Elsa Morante era un genio, usaba el lenguaje de un modo especial, su pluma estaba provista de una inteligencia y sensibilidad especial. Oscura, retorcida e incómoda, pero precisamente eso es lo que busco en la literatura: que me remueva. Y Araceli me ha removido completamente.
Por lo tanto, recomendaría esta novela a los amantes de la literatura italiana contemporánea, a los amantes de los libros de Elena Ferrante ya que creo que puede tratarse de una apuesta segura y sobre todo, a aquellos y aquellas que como yo, busquen literatura desde las entrañas, que les sacuda. Os aseguro que Elsa Morante lo hará sin ningún atisbo de dudas.