Reseña del libro “Ariadna”, de Jennifer Saint
Los que me conocéis un poco ya sabéis que adoro la mitología griega. Recuerdo aprender los diferentes mitos siendo una niña y ver junto a mi padre series y películas que nos presentaban a famosos héroes como Hércules para que los acompañáramos en sus aventuras.
Os cuento esto porque este mes de agosto está siendo para mí muy mitológico. Y es que hace poco tuve la suerte de leer Lore, de Alexandra Bracken, y ahora le ha tocado el turno a Ariadna.
Obviamente, al decir este nombre, seguro que muchos de vosotros ya lo habéis asociado al mito de Teseo y el Minotauro. Y exactamente es así. Lo único es que el mito se centra en el gran héroe Teseo que mata a esa bestia horrible. Y Ariadna es la joven que le ayuda a llevar a cabo su hazaña y a escapar del laberinto.
Todos los aplausos, todos los vítores y todo el honor recaen en Teseo. Su nombre suena en nuestros oídos. Pero, ¿qué pasa con Ariadna? ¿Ella no es importante? ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué traicionó a su reino, a su padre y a su hermano? ¿Cuáles eran sus sentimientos? ¿Quién fue ella y cómo vivió?
Todas esas preguntas nos las resuelve poco a poco y con una prosa directa, sincera y bella, de las más hermosas con las que me he encontrado, Jennifer Saint. Cierto es que para ser su primera novela me ha dejado con la boca abierta, ya que yo tenía mis miedos al disponerme a leer un libro de una autora desconocida. Pero esos miedos se desvanecieron después de los dos primeros capítulos.
La verdad es que decir que he empatizado con Ariadna y con Fedra es poco. Digo Fedra, la hermana pequeña de Ariadna, porque la novela es un baile a dos manos entre ellas y no solo nos adentramos en la vida de Ariadna, sino también en la de Fedra.
No miento si os digo que me he sentido completamente envuelta por la historia de ambas, por ese palacio maldito en el que viven de niñas y por las desgracias y la vergüenza que injustamente deben afrontar desde bien pequeñas.
Según iba pasando las páginas y perdiéndome en ese laberinto de dolor y esperanza, más ganas tenía de continuar y de conocer más sobre estas jóvenes, sobre sus pensamientos, sus decisiones y sus actos. ¿Acabará bien la historia de estas mujeres olvidadas?
Olvidadas y confinadas por culpa de los hombres que las han utilizado para sus fines; víctimas de los dioses que han jugado con ellas. Hombres y dioses que han hecho que mujeres como Ariadna, como Medusa o como Pasífae paguen las consecuencias y pasen a la historia como apestadas, como monstruos, como locas guiadas por sus instintos más básicos.
Pero no, a lo largo de este hipnótico relato que he disfrutado muchísimo, la autora les da voz a estas mujeres y consigue que las comprendamos haciendo que el lector experimente junto a ellas las desgracias, la injusticia, el amor, la pasión, la inocencia, la deshonra y la ira.
Mujeres traicionadas, usadas, incomprendidas, con sueños y ganas de vivir. Como Ariadna, una joven princesa a la sombra de los hombres de su familia, a la sombra incluso del Minotauro. Y lo que ha hecho que se me ablande el corazón ha sido esa bondad que emana de Ariadna, esa inocencia, ese espíritu fuerte y hermoso que posee.
Cruel y trágica, esta novela nos hace dudar y sentir al lado de Ariadna, nos hace debatirnos entre lo correcto y lo incorrecto, la lealtad y la traición, el amor y el odio hacia los hombres de su vida: Minos, Teseo y Dioniso, su marido y dios del vino.
En resumidas cuentas, Ariadna es un relato conmovedor, íntimo y personal con una narración exquisita. Una historia estructurada en cuatro partes que siguen un hilo conductor bien definido para que Jennifer Saint se introduzca desde el primer instante en nuestros corazones al guiarnos por ese temible laberinto de dolor, de vergüenza y del sufrimiento que nuestras protagonistas tienen que vivir desde la infancia. Una infancia que da paso a una vida adulta de secretos, mentiras y traiciones marcada por los que destruyen su libertad: hombres y dioses.