Página cuatro de mi diario de lectura del manga Assassination Classroom. O página dieciocho si lo hubiera leído en el orden lógico. Pero como no lo sigo desde el principio, es lo que hay.
Querido Yusei Matsui:
Ya te vale, me la has vuelto a jugar. Con Assassination Classroom 15: Hora de la tormenta me metiste de lleno en esta historia; con Assassination Classroom 16: Hora del pasado me conquistaste por completo y prometí que te seguiría hasta el final; pero con Assassination Classroom 17: Hora de dividirse me pareció que me colaste un episodio de transición, aunque te lo perdoné porque acababa por todo lo alto. Así que aquí me tenías, deseando leer Assassination Classroom 18: Hora de San Valentín, convencida de que estaría repleto de acontecimientos decisivos. Al fin y al cabo, solo quedan tres entregas para que pongas el punto final… Pero no, desgraciadamente no ha sido así. ¿Por qué te haces tanto de rogar, Yusei?
El número dieciocho es un episodio de relleno en toda regla y ha sido otra pequeña decepción. El giro estratosférico que dio la historia en las últimas páginas del capítulo anterior se resuelve enseguida, como si fuera lo más sencillo del mundo y, a partir de ahí, la trama se deja a un lado para dar paso a una sucesión de gags en los que Korosensei muestra su lado más divertido poniendo en evidencia a sus alumnos, adolescentes con las hormonas en plena ebullición. Y, pese al cabreo inicial, confieso que me he divertido leyéndolo y me ha dado un poco de penita también. Por un lado, los chicos y chicas de 3º-E se dan cuenta de que, inevitablemente, cada uno de ellos ha de decidir qué hará con su vida cuando el curso termine, más allá de la misión que el gobierno les ha encomendado. Y, por otro lado, Korosensei vuelve a dejar claro por qué es un personaje genial y un gran profesor, principales motivos por los que me enganché a este manga. En definitiva, a través de líos amorosos y situaciones comprometidas, este episodio solo pretende mostrar el lado más desenfadado y vulnerable de la clase de la escuela secundaria Kunugigaoka para que aún nos duela más la despedida.
Quedan tres entregas, solo tres entregas, querido Yusei Matsui. Y de verdad que espero que el desenlace del manga esté a la altura de Assassination Classroom 16: Hora del pasado, donde me demostraste de todo lo que eres capaz y disparaste mis expectativas. Pero tras los dos últimos capítulos, dudo. No sé si podría perdonarte otro episodio de relleno, pero más miedo me da que todo esto solo haya sido el prolegómeno para hacerme bajar las defensas y asestarme un golpe definitivo en la recta final. Y es que le he cogido mucho cariño a Korosensei y temo lo que le tengas preparado.
Ya ves, Yusei Matsui, aquí tienes una lectora entregada que, hagas lo que hagas, sigue pendiente de ti. Así que, por favor, pórtate bien en los próximos capítulos. La historia que has creado en Assassination Classroom lo merece.
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