Penúltima página de mi diario de lectura del manga Assassination Classroom.
Se acabó. Assassination Classroom 20: Hora de la graduación pone fin a esta historia. O casi.
Pero para quienes acaben de enterarse de la existencia de este manga y se hayan perdido mis cinco reseñas anteriores, resumiré la trama en unas pocas líneas: Korosensei es un monstruo que ha destruido la Luna y que amenaza con destruir la Tierra en el plazo de un año, a no ser que uno de los alumnos de la clase de 3º-E de la escuela secundaria Kunugigaoka acabe con él antes de la graduación. El gobierno promete recompensar con diez mil millones de yenes a quien lo consiga. Lo curioso del caso es que el profesor encargado de enseñarles las mejores técnicas de asesinato es el propio Korosensei, ¡y se lo toma muy en serio!
Visto así, podría parecer una historia de violencia gratuita, puro pasatiempo, pero no me cansaré de decir que Assassination Classroom es mucho más que eso. Para empezar, es una continua contradicción: el protagonista es un monstruo con un poder de destrucción sin igual; pero, a la vez, es divertido y entrañable. Y en sus clases enseña a asesinar; sin embargo, lo que los alumnos aprenden en realidad es a reflexionar sobre el valor de la vida, a confiar en su potencial y, en definitiva, a madurar.
Ya he hablado largo y tendido sobre este manga, postrándome a los pies de Yusei Matsui en las mejores entregas y quejándome de los episodios de relleno. Pero Assassination Classroom 20: Hora de la graduación es el punto final y es el momento de evaluar si seguir este manga ha merecido la pena. Como bien dice Yusei Matsui en la solapa de este último número: «El éxito o el fracaso de la historia que es Assassination Classroom dependería de cómo dibujara ese (este) capítulo». Por eso yo temía que llegara esta entrega y por eso ahora respiro aliviada. Sí, Yusei Matsui lo ha conseguido: ha escrito un digno desenlace a esta historia. Hay mucha acción, pero también mucho sentimiento y reflexiones para el recuerdo, sobre todo ensalzando el trascendente papel que los buenos profesores juegan en la vida de sus alumnos.
Queda Assassination Classroom 21, sin embargo, ese volumen será, más bien, un epílogo donde se cerrarán algunos cabos sueltos y se incluirán algunos extras. Por supuesto, lo leeré, para reencontrarme una vez más con los personajes de esta historia, aunque ya no será lo mismo.
Todavía me sorprende haberme enganchado así a este manga, a pesar de llegar a él cuando la historia ya estaba muy avanzada. Y me asombra aún más el haber cogido tanto cariño a su excéntrico protagonista. Los que no hayáis leído nunca este manga no me comprenderéis, claro, pero seguro que los que conozcáis a Korosensei, sí. Por eso, esta reseña ha sido un nuevo intento de convencer a los escépticos para que le den una oportunidad a este manga. Si aún no lo he conseguido, no desaprovecharé mi última oportunidad: os espero en la página final de mi diario de lectura de Assassination Classroom.