No suelo ver animes, pero a veces me hablan de alguno que pica mi curiosidad. Por ejemplo, Death Note: ¿qué pasaría si con solo escribir el nombre de una persona en un libro, mientras visualizas su cara en tu mente, esta cayera muerta al instante? ¿Lo harías? ¿Contra quién? ¿Se podría utilizar para que el mundo fuera mejor? No me digáis que no es una premisa sugerente. Yo disfruté mucho con esta serie, compuesta solo de dos temporadas, si no recuerdo mal, pero quizá no me habría animado a verla si antes no hubiera conocido Ataque a los titanes.
Ataque a los titanes, de Hajime Isayama, nos muestra un mundo donde los últimos habitantes de la tierra viven en un perímetro dividido en tres ciudades concéntricamente amuralladas para protegerse de los titanes, gigantes que un siglo atrás casi aniquilaron la especie humana. Por supuesto, la distribución no está hecha al azar: en el centro se refugian el poder político y el económico, y la gente de a pie, como tú y como yo, se aglutinan en la ciudad más expuesta, con solo un muro que les separe de los peligros del exterior. Aun así, han vivido en paz cien años, hasta que un nuevo titán, más grande e inteligente, rompe el muro y se adentra en la ciudad, sembrando el caos y comiéndose a todo aquel que se le cruza por delante. Más o menos eso es lo que pasa en el primer capítulo de la primera y, por ahora, única temporada de este anime, que vi hace ya dos años.
Se rumorea que la segunda temporada está al caer, pero como se están haciendo tanto de rogar, la versión manga está sacando bastante material sobre lo que sucedió antes de ese fatídico acontecimiento y sobre personajes que se presentaban como secundarios, pero que ganarán protagonismo a medida que la historia avance. Ese es el caso de Ataque a los titanes: no regrets 1 – Birth of Levi, el manga que acabo de leer. En él se cuenta cómo Levi, un buscavidas de la ciudad subterránea, acaba en el cuerpo de exploración, es decir, el ejército encargado de hacer expediciones periódicas al exterior para luchar contra los titanes. Para mí, la ciudad subterránea es un nuevo descubrimiento (si se mencionaba en el anime, no lo recuerdo, ¡ha pasado tanto tiempo!), que me confirma la mala espina que me da ese mundo. Se trata de una ciudad bajo tierra en la que intentan sobrevivir los pobres y delincuentes, hombres y mujeres abandonados por la monarquía años atrás. A medida que conozco más detalles de la estructura y la forma de vida de este último reducto de la raza humana y de los titanes, más claro tengo que, pese a lo que les hayan hecho creer a lo largo de décadas, el mayor peligro acecha dentro de esos muros en vez de fuera de ellos.
Ojalá la segunda temporada de Ataque a los titanes se emita este año, tal y como están anunciando, porque esta historia dará para muchos capítulos y estoy segura de que me sorprenderán gratamente. Mientras tanto, tendré que enterarme de otros animes interesantes o leerme el material extra que Norma Editorial nos ofrece para hacer más amena la larga espera.