Reseña del libro “Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable)”, de VV. AA.
Todos tenemos predilección por algún género literario. El mío es el realismo mágico, que hizo que me adentrara muy pronto en la literatura latinoamericana. Desde entonces, he sentido debilidad por los autores de esas latitudes, escribieran el género que escribieran. Por eso, llamó mi atención Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable), edición de Clara Obligado, que reúne a cuarenta y ocho autores para reseñar a cincuenta escritores significativos de la literatura latinoamericana; quería comprobar a cuántos de los que mencionan he leído yo.
Quizá sorprenda que en esta selección no aparezcan nombres como García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Borges, Cortázar, Laura Esquivel o Isabel Allende. Como muy bien señala Clara Obligado en el prólogo, decidir a quiénes incluir ha sido complicado y se ha optado por dejar fuera a esos escritores, de sobra conocidos, a favor de otros invisibilizados o cuyas obras han caído en el olvido o nunca han tenido el reconocimiento que merecen. En definitiva, se dejó a los autores de las reseñas (críticos, editores, escritores, traductores) que recomendaran a quienes quisieran. El resultado, como señala Clara Obligado, «fue intergeneracional y diaspórico, movedizo e inestable» y Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable) propone «lecturas múltiples que, más que consolidar una foto fija del pasado, se tensionan, se entrecruzan, anegan los mapas y cartografían un porvenir». Todo ello acompañado, por no decir completado, por las ilustraciones de Agustín Comotto, en esta maravillosa edición en tapa dura de Nórdica.
De las cincuenta reseñas que conforman Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable), divididas por países, algunas se centran en las obras más representativas de cada escritor, en qué supusieron en la literatura o en la sociedad de su momento o en cuál ha sido su legado, mientras que otras se adentran en sus personalidades o en las experiencias que marcaron sus vidas y, por ende, sus letras. Unas resultan más didácticas y otras más conmovedoras. Cabe destacar que hombres y mujeres se reparten el protagonismo casi al cincuenta por cien, lo cual es de agradecer, pues, si se revisa cualquier canon, la desigualdad suele resultar escandalosa.
¿Y cuántos de los escritores reseñados he leído yo? Pues veamos: Sara Gallardo, Guillermo Cabrera Infante, Elena Garro y Roberto Bolaño. También he leído a algunos de los autores que reseñan: Juan Cárdenas, Mónica Ojeda y Ana María de Shua. Enlazo las reseñas que les he hecho para que sirvan estas líneas como un breve tour por la literatura latinoamericana. Y, cómo no, gracias a Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable), he renovado las ganas de leer a otros que figuran en mi lista de pendientes desde tiempos inmemorables: Silvina Ocampo, Augusto Roa Bastos y Rómulo Gallegos.
Como ves, he leído un porcentaje insignificante de los cincuenta escritores que aparecen en Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable), una vergüenza para alguien como yo, que afirmo ser una enamorada de la literatura de estos países. Pero precisamente por eso ha sido una gran alegría leer este libro, que permite conocer a tantos escritores en un ameno recorrido. Soy consciente que me quedan muchos escritores por descubrir y Atlas de literatura latinoamericana (Arquitectura inestable) me servirá de guía en este apasionante viaje.