Batman #12 – 16, de Varios Autores
Cuando el nuevo universo DC comenzó hace unos meses, todos aquellos que, como yo, salimos del cine adorando la interpretación que Heath Ledger hizo del mayor villano que ha aparecido en las nuevas películas del caballero oscuro, sentíamos que este personaje merecía una historia propia que hiciera las delicias de sus admiradores. Sólo una palabra haría falta para que, aquellos que nos mordíamos las uñas esperando, saliéramos en masa a comprar los cómics y esa no era otra que Joker. Loco, asesino despiadado, criminal, sin ningún tipo de remordimiento, este personaje se ha convertido, durante todos los años en los que Batman ha sido publicado, en un referente a la hora de encontrarnos con algunas de las historias más truculentas de los cómics. Quizá por eso, cuando ECC anunció que llegaba, por fin, la serie de la que todo el mundo hablaba al otro lado del charco, este que os está escribiendo, gritó de alegría, casi diría que murió de expectación, para poco después resucitar para tener en mis manos aquello que tanto deseaba desde que leyera la introducción de lo que estaba por venir en los primeros números de la nueva colección del hombre murciélago. Pero como siempre me adelanto y eso no puede ser, os pondré en antecedentes y después os meteré de lleno en una historia que, lo digo de antemano, no es para nada bonita, de hecho, estamos hablando del Joker así que podéis esperar cualquier cosa…
Fue en una reseña de los números anteriores donde se ponía la semilla para la creación de esta serie dedicada a la figura del Joker. En aquellos números iniciales atendíamos como espectadores de lujo a uno de los momentos más macabros e hilarantes que ha dado el cine: el Joker hace que le quiten su cara. Así, tal cual. En una obra maestra propia de un cirujano de los bajos fondos, observamos cómo la piel del Joker se separa de su cráneo y nos deja la silueta de su sonrisa pegada a una pared sucia. Efectismo señores, eso es efectismo y lo demás tonterías.
Bien, esta información no la doy porque sí. Aquí nada es así, y cuando el Joker está de por medio, lo es mucho menos. La serie titulada La muerte de la familia ya viene augurando qué nos podremos encontrar aquí dentro. ¿Muerte? ¿En la familia? ¡Espera, espera! ¿Que alguien de la familia de Batman va a morir? ¡No puede ser! ¡Espera, espera! ¿Muerte, has dicho? Pues sí, así se nos presenta. Quizá algunos de vosotros no queráis que alguien muera, pero en los cómics siempre hay algo de esto, así que pegad vuestros culos al asiento y ya veréis. Porque la nueva aparición del Joker será por todo lo alto, cómo no podía ser de otra manera. Y así es como empezamos aquí, con la aparición del Joker, del Joker cometiendo lo que mejor se le da, crímenes, crímenes que no tienen motivo aparente, pero que sí lo tiene, sólo que no es tan evidente cómo pensamos. Todo el número 12 de esta colección es para darnos a entender que ha venido para quedarse, que está más desquiciado que nunca, que el Joker es peligroso, que está suelto y que, esta vez, quizá esta vez, tenga a Batman cogido por la entrepierna. Así de fácil, así de violento, así de… genial.
Pero llega el número 13 y vas pensando. ¡No, no puede ser, no puede ser que esto sea mejor que lo he visto en el anterior! ¿Qué mente ha creado esto? ¡Habría que darle algún premio! ¡Corred, corred, dádselo! Porque si en el anterior el Joker hacía su aparición estelar de una forma cruel y que desgarraba, resulta que en el siguiente número de esta colección creada por Scott Snyder tiene todos los elementos de una película de acción, aunque sea a escala de página de cómic. Un Joker que da miedo, un Joker que tiene a Batman contra las cuerdas, un Joker que no tiembla ante nada ni nadie y al que no le importa matar pulsando un simple botón, y un Joker que, ¡oh, dios miío!, ha amenazado de muerte a todos los aliados de Batman. ¡No, repito, en serio, ¿esto se le puede haber ocurrido a alguien?! ¡Es un puñetero genio!
Y aunque la historia sea de lo mejor que me he encontrado, hay que escribir odas sobre el dibujo, sobre un Greg Capullo en sus horas altas. Sólo la primera imagen del número 14 ya da miedo, te inspira escalofríos, y eso es algo increíble para alguien que sigue los cómics como yo. Considerando que este número 14 es una especie de transición sobre lo que está por llegar, recomendaría a todos que se dejaran llevar, que disfrutaran, que vieran en lo que se va a convertir esto, porque tiene pinta de que algo va a salir mal, algo tiene que salir tremendamente mal. Y después, cuando ya os hayáis enterado de todo lo que ha sucedido con los protagonistas de esa amenaza del Joker, admirad esa última página de la gran historia, porque como no podía ser de otra manera, entraremos en uno de los lugares más oscuros de la ciudad de Gotham: Arkham, el manicomio para delincuentes peligrosos. Un lugar para dementes, donde nuestros peores miedos (y los de Batman) pueden hacerse realidad.
Cuando uno se enfrenta a los dos últimos números de una serie, piensa que se queda un poco huérfano. ¿Qué queréis? En el fondo a mí me encanta pasarlo mal con mis personajes preferidos. Y el Joker es uno de ellos. El número 15 y 16 es, como me lo definió una compañera admiradora del personaje como yo, el crepúsculo de Batman, la caída de un superhéroe, que en realidad no lo es. El plan del Joker ya está construido. Sólo queda disfrutar de la fiesta, de lo que nos tiene preparados a todos nosotros. Y de eso se trata, de disfrutar de la fiesta, de la fiesta del crimen, de la fiesta de la muerte, en la que no sabemos si Batman podrá desentrañar el secreto del Joker, su nombre, y a la vez salvar a sus aliados, aquellos que tanto quiere y que están en manos del demente mayor del reino. ¿Quién caerá? ¿Quién sobrevivirá? ¿Estamos preparados para lo que nos viene?
Obviamente, esta reseña está libre de spoilers que puedan arruinar la lectura a los lectores. Y da rabia, porque tranquilamente hablaría de que el Joker ha conseguido que… no, no lo voy a hacer, tranquilos, lo tendréis que descubrir por vosotros mismos. Pero de eso se trata, de meternos en la mente del Joker, de uno de los villanos más reconocidos de la historia, y que tiene un magnetismo tal que será imposible que esta serie se vaya de mi cabeza en lo que va de año. Un must en toda regla.