De vez en cuando, cuando revistas, telediarios llenos de videos de youtube o autopromociones de series o realitis –cosas que cualquier informativo que se precie forzosamente DEBE incluir– se quedan con huecos que rellenar, echan mano de “noticias” comodín. Una de las que con más frecuencia se repite es la de las ciudades o países en los que es mejor vivir o en los que se es más feliz. Cada vez que sale alguna así me pregunto en que puesto queda Gotham. Si yo fuera gothamita, ni de coña me quedaba en esa ciudad en la que cada día, solo por salir a la calle, te la juegas. La ciudad en la que cualquiera puede ser víctima de algún payaso disfrazado, cobaya de algún doctor chiflado, destinatario de alguna bala perdida, envenenado con el agua corriente, asfixiado por el gas de la risa o moneda de cambio de algún secuestrador con ínfulas elevadas.
Me pregunto ¿por qué cojones los gothamitas de a pie, y los que no los son; da igual si ricos o pobres pues todos son pasto de los criminales, no hacen las maletas y huyen a alguna ciudad menos dañina para la salud? Porque diez millones de gothamitas, que es la población según el censo oficial, son muchos gothamitas para vivir en semejante olla a presión.
En fin, que en estas reflexiones se me va el tiempo mientras se comenta el listado de lugares agraciados. Sea como sea se quedan a vivir y Batman, pobrecito mío, tiene que desvivirse por mantenerlos a salvo gratis y a veces hasta tiene que aguantar que se vuelvan contra él.
¿Qué nos depara esta Batman Eterno Integral 1? Pues un cisco de los buenos. Vamos a tener a un Jim Gordon acusado de provocar la muerte de ciento sesenta y pico personas al provocar el descarrilamiento de los vagones de metro tras perseguir a un secuaz del Profesor Pyg. Por supuesto, Gordon irá de cabeza a Blackgate, y, a partir de aquí… ¡A partir de aquí fiesta y desmadre y quince mil frentes abiertos! Bárbara Gordon, Batgirl, fuera de sí irá hasta Brasil para probar la inocencia de su padre; tendremos un nuevo comisario en la ciudad cuya prioridad absoluta será la caza del murciélago; unos nanorobots extenderán un virús en la zona de los Narrows; Vicky Vale hará de periodista; Catwoman tendrá sus batallas que librar y el Pingüino no será menos… Y además, aparecerán también otros miembros de la “familia”: Batwoman, Capucha Roja, Red Robin, Alfred, incluso la aparición de batmans de la vieja (no recuerdo haberla visto en ningún otro cómic) Batman Inc. (recuperada, al igual que el ya mencionado y olvidado Profesor Pyg, de Grant Morrison), un par de nuevas aliadas y unas cuantas subtramas al margen de la principal, que no es otra que averiguar quién está detrás del encarcelamiento de Gordon. Porque está claro, que alguien está moviendo los hilos para controlar de nuevo Gotham. Todo tiene un fin, y ese alguien bien pudiera ser alguien a quien no vemos desde El largo Halloween. O tal vez no… Pero un otra nueva crisis se abrirá al desatarse una guerra de bandas…
Los diversos frentes están bien repartidos y no llegan a aburrir en ningún momento. Se alternan bien las duraciones de unos y otros y entretienen de lo lindo. No obstante, la subtrama que protagoniza Jim Corrigan (El Espectro) no me convence e incluso, en mi opinión, tal y como ha ido la cosa en este primer tomo sobra. Cuando busco a Batman acepto los criminales tarados, los dementes, y puedo aceptar los monstruos como Killer Croc o Man Bat, pero eso de mezclar también en una historia policiaco/detectivesca una parte mística o sobrenatural no me ha gustado del todo. Esperemos que más adelante se encarrile y tenga algún sentido.
Obviando eso, la lectura es muy entretenida, es vibrante, sorprende con los continuos giros que no te esperas y tienes prisa por encajar todas las piezas y resolver el enigma, que, parece haberse resuelto ya en este tomo, aunque con Snyder nunca se sabe y esperemos que nos tenga reservadas muchas sorpresas más.
Puede que haya personajes desconocidos si se ha estado, como es mi caso, desconectado de la trama de Los Nuevos 52 (Stephanie Brown, El Arquitecto,..) que puedan desconcertar un poco, pero no son ningún obstáculo para comprender completamente la historia hasta aquí.
En cuanto al dibujo, hay un ejército de dibujantes y todos aportan cohesión y un grafismo espectacular y detallista, pero no puedo con el dibujo de Ian Bertram. Es algo subjetivo, es como el dibujo de Corben y Crumb, se me atraganta. Por fortuna, dura poco.
En fin, que si os gusta Batman, este Batman Eterno Integral 1 es un tomo no imprescindible, sino necesario. Y aunque en parte del cómic Batman no hace acto de presencia, e incluso en algunos tramos cuando está es un mero secundario, (cosa que no es novedosa) realmente no importa, porque Batman es mucho Batman y está siempre en Gotham; Batman ES Gotham y de una u otra manera uno lo percibe cuando se leen estas páginas y tal vez sea ese el motivo por el que los gothamitas se quedan.
En definitiva, un tomo que respeta al personaje, lo hace grande, nos muestra villanos de siempre y otros nuevos, nos deja las calles oscuras y la batcueva, las cloacas, la cárcel y la locura, siempre la locura… Y, sobre todo, nos deja con ganas de más, pasando por méritos propios a ocupar su hueco en la estantería junto con las mejores obras del murciélago.
Esperemos que el segundo tomo esté, por lo menos, a la altura de este. Apuesto a que sí.
1 comentario en «Batman Eterno Integral 1, de Scott Snyder y VV.AA.»