Batman Noel, de Lee Bermejo
Que los clásicos universales siempre ha sido objeto de adaptaciones, todos lo sabemos. Desde Tolstoi y su reciente Anna Karenina hasta, por poner un ejemplo tonto, Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. Pero a lo mejor a vosotros os pasa como a mí y más allá de las adaptaciones literarias no os habíais parado a pensar que pudiera haber más. Bien, error amigos míos. No sólo el cine se nutre de ideas nacidas de los clásicos sino que además los cómics también pueden aportar su particular visión de aquellas historias que todos conocemos, para darles una vuelta de tuerca, un giro en la forma de narrarnos lo que todos conocemos, para poner en evidencia, una vez más, que no todo está contado en la literatura (porque sí, este género también es literatura) y que hay ocasiones en las que nos podemos sorprender de aquello que se nos propone. ¿Que no entendéis de qué os estoy hablando si en la portada que aparece al lado está Batman con una cara de perro impresionante? Muy fácil, sólo tenéis que leer el siguiente párrafo y así podréis entender qué y por qué estoy hablando así.
Revisitar un clásico nunca es fácil. Mucho menos si eres el personaje principal, y todavía menos si eres Batman. Pero como en toda historia bien contada, uno entiende que si estás inmerso, en plena Navidad, en una historia clásica, tiene que ser por algo, y nunca por algo en vano. Así que ahora sólo te queda disfrutar de tu propia versión de “Cuento de Navidad” con Joker incluído.
¿Lo veis? No teníais que esperar mucho. Ahora ya sabéis de qué versión se trata y de qué os estoy hablando. Pero olvidémonos de eso. Lo importante aquí es, ¿merece la pena? Y la respuesta, como será evidente después de haberos pasado más de una vez por este blog, es que sí, y además por varias razones. La primera de ellas es su autor, Lee Bermejo, que no sólo se ha perfilado últimamente como uno de los valores en alza del mundo del cómic sino que para mí ha supuesto un hallazgo tal que si fuera uno de esos osos de peluche de cuando era yo pequeño, no lo soltaba hasta que no me dijera que se rendía y que sería mío para la eternidad. Encantado es poco con su visión, con su dibujo, por su capacidad de crear a un personaje que todos conocemos pero presentárnoslo desde otra perspectiva. La segunda razón es simplemente él, Batman, que siempre me ha llamado la atención por el pasado oscuro, el presente negro, y el futuro mucho más opaco. Quizá sea porque cuando era pequeño, él tenía todo eso que a mí me faltaba y al final nos sentimos más identificados con aquellos que nos hacen sentir lo contrario de lo que somos y que nos gustaría ser. Y la tercera, y quizá la más importante de todas, y es que la sola mención de El Joker ya hace que los pelos se me pongan como escarpias, que mis ansias por leer se eleven al máximo y que cuando estoy leyendo algo en lo que él aparece, me ensimismo tanto que es posible que me pase de parada y tenga que recorrer el camino de vuelta un par de veces (sí, me ha pasado).
Pero quizá sea mucho mejor aportar algo gráfico para que entendáis por qué “Batman Noel” es uno de esos cómics que nadie debería perderse. Supongo que muchos de vosotros, cuando pensáis en cómics (anteriormente llamados tebeos) os imagináis dibujos algo torpes, entintados casi rozando la esquizofrenia y colores desvaídos. Pero las cosas han cambiado, y de qué manera. No sólo la nitidez, la capacidad de recreación de los personajes de Lee Bermejo sorprenden, es que además, puedes imaginarte perfectamente cómo los diferentes rostros van cambiando en función de la emoción, de los diálogos, de los acontecimientos. Y es que en esta historia clásica revisitada, no faltan los tres fantasmas del pasado, presente y futuro, para hacerle entender a nuestro caballero oscuro que todo no está perdido y que, a pesar de todo, siempre habrá gente generosa en Gotham que quiera hacer el bien y limpiar de mierda del estercolero en el que los villanos han convertido una ciudad.
Quizá lo vuestro no sea el cómic, pero ¿quién ha dicho que no podéis dar una oportunidad y salir por un momento del clásico libro? Aquí tenéis una historia para no aburriros y disfrutar como si fuerais enanos, o simples adultos con ganas de leer algo ya conocido, pero diferente, muy diferente.