Reseña del cómic “Batman: Un mal día – Dos Caras”, de Marino Tamaki y VV. AA.
Empecé esta “colección” o “serie” de Batman: un mal día –el villano de turno, con mucha alegría tras la enorme sorpresa que me llevé con el primer número, dedicado al Acertijo. Fue un cómic brillante, algo adulterado en su final en la esencia de Batman, pero tremendo de principio a fin. Fue un prometedor inicio, la verdad.
Pero sin embargo, con Batman: un mal día –Dos Caras me he llevado un pequeño chasco. Y no es que el cómic esté mal, que no es el caso (con peros), pero la colección empezó en todo lo alto y el cómic de hoy representa un ligero bajón y no está al nivel esperado.
Y es que lo cierto es que no se cuenta nada nuevo realmente que no hayamos leído ya sobre el personaje de Harvey Dent /Dos Caras, ni se le reinventa ni nada parecido. Es una historia más, una historia que te deja igual al principio que al final.
No obstante, el guion, solvente pero simple, nos ofrece una buena historia noir y el dibujo está rebozado en arte por todos los costados. Se lee con interés, a pesar de lo previsible que se intuye el final desde bien temprano, y carece de esa profundidad psicológica que tanto disfruté en el tomito anterior.
Pero al grano. ¿De qué va este cómic? De segundas oportunidades, familia, legado… Dos Caras está a punto de cargarse al futuro alcalde de Gothan pero Batman hace de las suyas, interviene y le salva. Eso fue antes, no sabemos cuánto antes, pero antes. Ahora, esa víctima de Dos Caras, ya convertido en alcalde, le da la oportunidad de convertirse en su fiscal para ayudarle a luchar contra la delincuencia local. (Hay que ver qué tío más majo, eh. Ofrecerle un buen curro al pedazo de loco que ha intentado matarte. En fin). Pues Dos Caras Harvey acepta, coño, claro que acepta, de cabeza. Y es que Harvey parece un tío nuevo y bueno, reformado, que no extraña su moneda y es capaz de comportarse en público sin hacer saltar ninguna alarma… Vamos, que parece que su alter ego, Dos Caras, está dormido, pero ¿despertará?
Se supone que vuelve a pasar algo de tiempo cuando Harvey pide ayuda a Batman. Su padre, el de Harvey, claro (por si lo hemos olvidado tras verlo y leerlo quince millones de veces los padres de Batman están muertos) va a celebrar una fiesta en su ochenta y ocho cumpleaños y ha recibido una carta en la que le amenaza de muerte.
Batman tendrá que investigar y hacer las cosas de Batman que él hace. ¿Averiguará a tiempo de dónde proviene la amenaza? ¿Podrá pararla?
¿Qué más puedo decir si no hay mucho más que decir sino repetir lo ya dicho? El cómic en sí no está mal… si es tu primer acercamiento al villano dual. Habría ganado más puntos si no se hubieran despertado tantas expectativas tras la lectura del tomo correspondiente al Acertijo, pues, aunque no tiene nada que ver uno con otro, las comparaciones son inevitables.
Yendo sobre aviso, con las expectativas bajas, puede ser un cómic entretenido con el que pasar un buen rato (se lee en mucho menos de una hora) y con el que completar la colección. ¡Completistas, que sois unos completistas!