¿Por qué estamos cada vez más obsesionados con nuestra apariencia? ¿Por qué nos importa tanto estar delgados, en buena forma y ser más guapos que los que se encuentran a nuestro alrededor? En definitiva, buscamos ser lo más parecidos al canon de belleza impuesto por la sociedad actual. Pero ¿es solo para encajar o acaso necesitamos ser diferentes del resto?
Podría realizar mil y una preguntas relativas a este tema y nunca acabaría con la reseña. Y me encanta, porque creo que todos tenemos mucho que reflexionar sobre ello. En especial, sobre lo superficial que en general todos nos hemos vuelto y de sus consecuencias para futuras generaciones. Porque esto parece no tener límites. ¿O sí?
De esto habla Bellas, de los límites ante la gestión de la belleza en la sociedad. Sin embargo, como es una obra de ficción, sitúa los hechos en un universo distópico (no muy diferente al nuestro…) en el ha desaparecido la belleza. Los tonos grises inundan los rostros tanto de de los más ricos como de los más desfavorecidos, que necesitan a las llamadas “bellas”: un grupo de mujeres que tienen el poder de moldear el cuerpo y las personalidades a gusto del usuario hasta conseguir el efecto perfecto que desean. Sin embargo, solo los más ricos tienen derecho a las mejores “bellas”.
Aquí comienza esta original historia, de la que no quiero revelar más. Es mejor sorprenderse con la trama a medida que vas leyendo, porque tengo que admitir que me ha sorprendido bastante. No me imaginaba una historia tan adulta y original, que me ha atrapado hasta el final y que ha conseguido sobresalir entre las que estoy leyendo últimamente.
Para empezar, la ambientación que crea la autora es espectacular: tan llena de color y de todo tipo de detalles… Tan visual que nos lleva a un paisaje tan puramente cinematográfico y de ficción que solo es capaz de ser construido en nuestras mentes. En Orleans no hay límites, solamente tu imaginación. Por esto creo que es una delicia para los que, como yo, somos adictos a la fantasía y a los mundos irreales. Me ha parecido un gran escenario, muy apropiado para esta peculiar historia.
Pero Bellas no sería nada sin sus personajes, mujeres que deben enfrentarse a todo lo que les han contado que era su vida y su propósito desde su infancia. Mujeres que deben ser valientes y luchar contra aquello que no consideran justo, hasta el punto de jugarse la vida por ello. Me encantan los libros en los que se da una evolución palpable en sus personajes principales, que aprenden de las situaciones y problemas contra los que deben enfrentarse, pero luchando también contra sus propios demonios, errores y miedos. Gente como tú y como yo, con la que siempre es fácil empatizar (a pesar de no tener poderes para conceder la belleza a quienes deseemos).
Y así avanza la lectura, gracias a una pluma muy descriptiva, llena de giros argumentales y sorpresas que no me dejaron indiferente y que me sorprendieron gratamente. Es muy difícil no dejarse envolver por la magia de Orleans, por estas “bellas” y sus poderes, tan atractivos que es complicado no dejarse llevar por ellos… Por esa sociedad tan perfecta en su superficie, que esconde capas y más capas de mentiras e inmoralidad.
Lo más especial esta lectura es la sensación con la que me quedé al terminar su última página: que, en realidad, quizás no existen límites para la belleza. Tanto en el libro como en la vida real existen muchas técnicas para embellecernos y que, al final, nosotros decidimos qué importa más: si nuestro aspecto o nuestro interior. Y aunque esto suene a discurso infantil, es algo sobre lo que deberíamos pensar. ¿Acaso estamos asentando en las bases de la educación valores como la belleza por encima de valores como la lectura o cultivar nuestra mente? ¿Importa más el corto o el largo plazo?
La belleza es relativa y perecedera, por lo que: ¿merece la pena dejarse llevar por ella? ¿Arriesgar nuestra vida y perder lo mejor de nosotros mismos por un algo que realmente no merece la pena? Me encantan las lecturas que me hacen pensar sobre ellas incluso mucho después de haberlas leído, así que no puedo hacer otra cosa que recomendárosla y aseguraros de que merece mucho la pena.