Hace bien la portada en avisar que el interior es “SOLO PARA ADULTOS”, porque lo que vamos a ver es una orgía de salvajismo, bestialismo y todo lo que se os ocurra acabado en ismo y no sea bonito. Ni canibalismo. Eso tampoco.
Y eso es lo bueno de coger un cómic acudiendo virgen a él, solo guiado por tu “instinto” y sin saber nada más allá de los textos de la contraportada: “brutal drama criminal cargado de misterio”, “no hay superpoderes”, “venganza”… Por supuesto, la apuesta puede salirte bien o mal, pero… ¡qué demonios!, en la vida a veces hay que arriesgar.
“Solo para adultos”. Sí, tiene todo lo mencionado anteriormente y mucho gore también. Y violencia explícita y gratuita, sí, solo faltan tetas. Es lo más bestia a nivel gráfico que he visto hace mucho tiempo, pero también es cierto que la historia desde el principio te llama a leerla. El dibujo, todo él y el color (sobre todo las páginas de los flashbacks) son grandiosos. Tanto que te quedarías más rato apreciándolo, y lo harías, si no estuvieras intrigado y obligado a pasar página para seguir descubriendo los derroteros de esta trama.
Una trama que es pura violencia, mezclada también con tramos de tristeza y compasión. Un enano, a veces hasta parecido al enorme Tyrion Lannister, ha acumulado tantas putadas, humillaciones, palizas y vejaciones durante toda su vida que tiene planeada una venganza justificada. Sí, yo la justifico y le doy mi bendición. Soy así de comprensivo. Su madre le rechazó y su padre y hermana fueron los únicos que le dieron cariño, aunque estos dos pronto desaparecerán de su vida y será entonces cuando su esta empeore aún más.
Pero la venganza no se dirige a la sociedad en general, no es un ataque de ira sin más. Él podría haber aguantado o devuelto los golpes. Hay más. Hay una carta, desde el principio de la historia, cuyo contenido se irá desgranando poco a poco y así podremos entender los motivos de esta vendetta.
El guión está bien construido, las dosis de información bien dosificadas y la atmósfera y los paletos de la América profunda hacen que te posiciones a favor del enano, aunque no dejes de reconocer que es un enano cabrón porque, si es cierto que cualquiera que no sea juez o alguien que quiera quedar correcto políticamente, le daría la razón, también lo es que se pasa tres pueblos, que pone en marcha una bacanal de sangre sin freno, mutilaciones, (lo pasé mal con las tenazas, lo confieso), y todo un catálogo de hostias finas finas que ríete tú de La matanza de Texas o pelis del estilo. Parece mentira que alguien de esa estatura tenga dentro de sí tanta mala uva destilando desde hace tanto y que sea capaz de liarla tan pardísima.
El autor, Eric Powell, ya triunfó con la serie El Bruto, actualmente en curso, y consiguió varios premios Eisner, (voy a tener que acercarme a ella sí o sí), y esto ya es una referencia a tener en cuenta para los que aún duden de si leer Big Man Plans o no.
No dudéis. Por fuerte que sean las escenas, es un cómic que sería muy triste dejar de leer y cosas más duras habéis visto en pantalla. Además, Panini lo ha editado en tapa dura y a un precio irrisorio, lo cual no hace sino aumentar la tristeza si lo dejas escapar.
Y repito que, ya solo por el dibujo, el cómic se disfruta; si además tiene una buena historia en la que te sientes identificado y con ganas de repartir golpes a mansalva para librar al mundo de paletos insensibles, cabrones y oligofrénicos que disfrutan torturando y humillando al más débil solo porque pueden o creen que pueden hacerlo, este es tu cómic. ¡Yo la he gozado como un enano!
Así que ya sabéis. Cuidadito con meterse con los acondroplásicos, porque dispararte una ballesta en el baño mientras estás llevando troncos al aserradero es lo más suave que te pueden hacer.