Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick

blade runner sueñan los androides con ovejas eléctricasOlvida Blade Runner. Olvida a Ridley Scott. Olvida todos esos temas sintetizados y melódicos que compuso Vangelis. Borra de un plumazo de tu mente la Tyrell Corporation. Haz lo mismo con los replicantes. Elimina a Rutger Hauer. Haz que desaparezcan las naves en llamas más allá de Orión, los Rayos-C, la puerta de Tannhäuser… Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Hazlo, haz que se esfumen también. Difícil borrar una parte imprescindible de la cultura popular, ¿verdad? Claro que lo es. Ahora, si puedes, si tan siquiera te atreves, si tu cerebro te permite por un instante introducirte en la parte del subconsciente y llegar a rozar ese valioso cofre de recuerdos emocionales, haz que Rick Deckard deje de ser Harrison Ford. Solo si puedes. Y una vez que tu mente esté despejada de distracciones, casi en blanco, en ese momento en el que no eres más que un niño sin prejuicios, como un impoluto lienzo a punto de recibir su primera pincelada, entonces, solo entonces, podrás abrir el libro por la primera página de Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick.

La Tierra sobrevivió a una tercera guerra mundial: la Guerra Mundial Terminus. Pero los efectos que ésta dejó tras de sí fueron devastadores. El polvo radiactivo todavía asola algunas ciudades y los afectados son repudiados, viven apartados y tienen prohibido viajar a cualquier colonia terrestre más allá del que antaño fuera conocido como “El Planeta Azul”; ahora una jaula de mugre y desolación. El agua sigue cayendo del cielo, pero es más radioactiva que nunca. Y los animales, principales perdedores de la íntima y destructiva relación con los humanos, viven su peor momento. El que no está extinto forma parte de una red legal de tráfico de animales. Si dispones del dinero suficiente puedes adquirir casi cualquier animal. El Cátalogo Sidney marca las tarifas. ¿Desea usted un búho? Pague su desmesurado precio. ¿La alternativa? ¡Animales eléctricos a precios populares! Imitaciones. Excelentes falsificaciones. Como el original pero sin sentimientos. Total, casi no se percibe la diferencia. “Ambos, el ejemplar real y el falso, están vivos”. De igual forma pasa con la nueva generación de androides: los Nexus-6. ¿Son androides o son humanos? Impecable manufacturación. Majestuosa falsificación de biológica consistencia. En ocasiones ni los propios androides saben lo que son. Pero ésos solo son la excepción que confirma la regla: la mayoría lo saben y son tecnología punta que se revela contra sus creadores. “El sirviente era más capaz que su amo”. Por ello existe la figura del caza recompensas. Rick Deckard (te lo dije, te dije que olvidaras a Harrison Ford) es uno de los mejores y está a punto de descubrir que no todo lo que le contaron sobre los androides era cierto.

Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es una novela que nos muestra una sociedad solitaria, arisca y con escaso espíritu de supervivencia. Una sociedad volcada en hacer aflorar los sentimientos que nos hacen humanos mediante la frívola acción de poseer animales, o a través de un culto denominado mercerismo (con la enigmática figura de Wilbur Mercer, como mártir, profeta y dios recreando el mito de Sísifo una y otra vez) en el que, mediante una extraña máquina unificadora de sensaciones de todo aquel que esté conectado en ese momento, se potencia la empatía y fe que progresivamente se ha ido perdiendo. Son éstos, solo dos de tantos conceptos que plagan esta novela dejando claro que Philip K. Dick poseía una mente tan lúcida e imaginativa como profética. Pero si hay un concepto que reina sobre todos los demás es sin lugar a dudas el de la empatía y la asertividad. Dicho tema será desarrollado a lo largo de la novela a través de la relación entre Deckard y los androides a los que deberá dar caza. “Las cosas eléctricas también tienen sus vidas. Por insignificantes que sean”. Algo que lo llevará a luchar entre el deber y el deseo. O entre J.R. Isidore (humano afectado por el polvo radiactivo) y su dificultad para discernir entre un ser biológico y un ente artificial.

¿Qué nos hace humanos? ¿Si un humano no siente empatía, entonces ya no es humano? “La mayoría de los androides que conozco tienen mayor vitalidad y deseo de vivir que mi esposa”. ¿Y si el androide la siente, o cree sentirla, o la imita? ¿No es cualquier forma de vida sagrada? Son cientos de preguntas las que asaltan la mente del lector, obligándole a razonar, a profundizar, e incluso a discutir consigo mismo tras haber acabado la novela. Pero Philip K. Dick, además de iluminarnos con su acertada forma de acercarnos a ideas profundas y filosóficas a través de la ciencia ficción, nos dejó un legado de narración directa (sin innecesarios giros argumentales), de sutil ironía, de personajes abrumados por sus propios sentimientos y de paisajes de trágica desolación. Es por todo esto que Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, se muestra como un tratado filosófico (sin el efecto soporífero que puede ejercer en el neófito tal género) sobre la empatía altamente digerible y entretenido. Una obra que nos revela un futuro oscuro, repleto de una desasosegante y triste sensación de soledad, pero que en última instancia deja abierta una pequeña ventana a la esperanza y a todos esos valores típicos de la raza humana que permiten el bienestar colectivo.

Ahora ya puedes recordar. Recuerda Blade Runner.

6 comentarios en «Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick»

  1. Excelente ensayo, Inteligente y ágil, José María Aranzana . Me divirtió mucho su lectura. Me urge ir por un ejemplar del libro. Pero debo reconocer mi incapacidad de hacer lo que propones: ser un impoluto lienzo a punto de recibir su primera pincelada.
    En mi memoria “Blade Runner” no es el recuerdo de una película. Volver a ver esas imágenes me provoca la sensación de ver un sueño olvidado en una pantalla. Por eso regreso de cuando en cuando a la cinta con la esperanza de no enamorarme, otra vez, de la humanidad sintética de Rachel.

    Responder
  2. Una de las reseñas mas interesantes, amenas y completas que he leido, escrita con pasion y excelentemente redactada.
    Soy un enamorado de la pelicula, ahora quiero leer el libro aunque nunca me lo plantee
    Gracias.

    Responder
    • Hola Jose Luis.
      Leo un libro, me gusta, escribo sobre él una reseña (algo que también me encanta hacer) y no solo os gusta sino que también consigo que os pique el gusanillo…¡Vaya regalo!
      Si lees el libro espero que lo disfrutes tanto como yo lo hice.
      ¡Saludos!

      Responder
    • Buenos días Lenny Lemonade.
      A mí en general me gusta la ciencia ficción, pero hay tantísima oferta que, en ocasiones, dejo apartada algunas obras del género hasta que llega el momento adecuado. Espero que tú encuentres tu momento.
      ¡Saludos y buena lectura!

      Responder

Deja un comentario