“Blue Estate, volumen uno”, de VV.AA.
Con una cita como la que sigue: “Blue Estate” coge lo mejor de Guy Ritchie y Quentin Tarantino pero sigue siendo rematadamente original” era casi imposible resistirse a comprobar, con recelos, eso sí, semejante afirmación. Y es que no sería la primera vez que las editoriales se encargan de recabar y extractar citas de reseñas para tratar de vender el libro/cómic de turno fueran, cuando menos, exageradas.(No me importa que usen a Guy Ritchie como reclamo, pero a Quentin, a Quentin … que no me toquen a Quentin, que eso ya son palabras mayores, amigo. A ver cómo sales de esta…)
Una vez leído Blue Estate, reconozco que tiene elementos de los dos directores: la trama negra, las historias entrecruzadas, el mogollón de personajes, la violencia explícita y desmedida, el ritmo narrativo, los flashbacks… Así que, sí. Diría que sí. Te lo concedo. Esta vez la cita no es mero marketing para vender cuanto más mejor. (Has salido bien librado).
Visualmente es increíble. Me gusta. Me gusta mucho el dibujo y el entintado en general, pero sobre todo cuando el guión pide oscuridad y la encuentra… Blue Estate es moderno, actual, fresco, enérgico y vibrante. Y todo esto puedo decirlo tanto del dibujo como del argumento.
¿Qué es Blue Estate? Difícil de explicar. Eso es lo que es. Pero puedo decir que si os gustó Snatch: cerdos y diamantes, Pulp Fiction o el noir por extensión, os va a encantar este cómic.
Este volumen uno comienza como un enorme flashback narrado por Roy Devine Jr., hijo de un famoso, por lo heroico de algunas de sus acciones, detective de la policía de Los Ángeles. Un buen día, como salida de la primera escena de El halcón maltés, irrumpe en su despacho Rachel Maddox, la mujer fatal (no tan fatal, ¿o sí?) de la historia. No sabemos qué quiere de Roy porque es justo ahí cuando este comienza su flashback.
El mundo del cine, la mafia rusa, la italiana, el blanqueo de dinero, alcohólicos anónimos, matones a sueldo, bailarinas de estriptís,… Parece lo típico de este tipo de género (ya sea en formato libro, cómic o audiovisual) pero es verdad que está tratado de una forma tan original que parece algo nuevo.
Si tuviera que definirlo como una suma de películas, y digo películas porque es lo que visualmente más se consume, impacta y se retiene, así, a bote pronto, diría: Snatch+Pulp Fiction+ Casino+ El gran Lebowsky. Y esto son solo apreciaciones mías. Alguno podrá decir “pues no veo nada de Lebowsky por ninguna parte, pero veo, -yo qué sé-, de Infiltrados”. Pues vale, pues para ti Infiltrados (aunque no hay nada de esa peli). Ya digo que son percepciones subjetivas y que por tanto puedo ser solo yo el que vea las similitudes con el cómic.
Blue Estate volumen uno, nos deja intuir el comienzo de una gran historia negra–negrísima, de un todo del que aún no hemos asistido sino a una pequeña parte, cual monstruoso iceberg. Un todo del que será delicioso ver cómo las piezas que se nos presentan ahora van a ir (o deberían) encajando en el rompecabezas de brutalidad cotidiana y vidas cruzadas, dinero y bajas pasiones. (Parece que estoy haciendo méritos para que en la reedición metan este párrafo en la contraportada…)
Para acabar quiero remarcar y repetir que Blue Estate tiene los tópicos del género vistos en incontables ocasiones pero que no importa porque es a la vez original y engancha desde el principio, con ese inicio al más puro estilo de los clásicos que no hace sino invitarte a leer.
Gran, gran cómic. De lo mejorcito del género. Esperemos que su continuación mantenga el nivel.