A diferencia del mundo actual, en el que el planeta tiende a dividirse cada vez en más países (por conflictos políticos, pedidos de independencia o conflictos culturales) el pasado histórico nos permite rememorar la época de los grandes imperios, y entonces nos encontramos con Imperio Romano en la época de Trajano, que, desde el Atlántico en el Oeste al Golfo Pérsico al Este, tenía una extensión de 6,5 millones de kilómetros cuadrados, o aún mucho más grandes, con los Imperios Chino Qing (14,7) o Ruso (23,7 km2), pero pocos tenemos tanto conocimiento acerca del más extenso de todos los imperios que hayan existido: El mongol. Y quien llevó a este Imperio a su máxima extensión fue su caudillo nómada, Gengis Kan, principal figura de este libro que aquí reseñamos.
A lo largo de poco más de 200 páginas, Borja Pelegero Alcaide (Licenciado en Historia por la Universidad de Barcelona) nos ofrece una visión global acerca de la vida y obra Gengis Kan, pero antes de meterse de lleno en su vida, prepara el terreno para que al momento de la entrada en escena del personaje principal, los lectores puedan tener un conciso pero esclarecedor panorama de la coyuntura en la que Gengis Kan aparece; por eso mismo, al comienzo del libro podremos aprender sobre el origen de los pueblos nómadas, sus costumbres, armamentos, estilos de batalla y etnias existentes, además de prestarle suma atención a la relación entre los pueblos nómadas y sedentarios y los conflictos latentes con la vecina China; seguramente muchos lo saben, pero siempre es bueno recordar que era tal el poder de los diversos pueblos nómadas, que la China milenaria, para contenerlos, tuvo que construir la famosa Muralla.
Cronológicamente, el líder militar comenzará a ser parte del libro con un breve recurrido por su dura infancia, cuando aún se llamaba Temujín (Gengis Kan es un título que obtuvo luego) y debió sufrir la muerte de su padre y un secuestro, pasando por su adolescencia en la que comenzó a irradiar con su carisma, hasta llegar a convertirse en el líder militar que a lo largo de su vida uniría a todas las etnias nómadas para, mediante sangrientas matanzas y conquistar, conformar el más grande imperio de la historia.
Las más famosas de sus conquistas están narradas detalladamente (admito que esta parte del libro se me hizo un poco pesada, pero hará las delicias de los amantes de las batallas militares) y cabe destacar la importancia de Gengis Kan en los numerosos triunfos, no solo por su liderazgo en el campo de batalla, sino sobre todo por sus reformas internas y la disciplina que inculcó en sus tropas.
El capítulo final de Breve historia de Gengis Kan resulta de lo más interesante, ya que el autor hace un resumen equilibrado de los aspectos positivos y negativos de Gengis Kan, destacando su carisma, organización y justicia con los que lo ayudaron, pero también el lado sangriento de sus conquistas visto desde los parámetros humanistas actuales.