Breve historia de la Revolución Rusa, de Iñigo Bolinaga

Hace no mucho, una amiga me decía que le gustaría saber de determinadas cosas que no pudo aprender en el colegio o en el instituto. Se refería a lagunas que tenía de determinados momentos históricos, bien porque en clase no se trataron dichos temas bien porque se hizo de una forma superficial y rápida. Este libro responde a dichas expectativas: relata la Revolución Rusa de forma entretenida y amena, pero además ahonda en el carácter de los protagonistas.

El libro es una resumen de la historia de dicho período. Se trata de una novela divulgativa, pero corta, amena y que no avasalla al lector con una ingente cantidad de datos (situación que no siempre tienen en cuenta los autores de estos libros).
Precisamente por todo esto, ofrece al lector una visión en general de la Rusia de la época, incluyendo anécdotas que aportan al relato más dinamismo y que interesan al lector por lo alejado de la visión que se tiene por los libros de historia al uso.

La trama comienza con la situación anterior de la Revolución Rusa. El país tiene como zar a Nicolás II, un gobernante con mentalidad de monarca absoluto: veía a Rusia como su herencia y no estaba dispuesto a ceder poder ni a otorgar ningún tipo de medida que supusiera cualquier tipo de cambio. Para él Rusia era su propiedad y hacía con ella lo que quería, independientemente de que sus súbditos se murieran de hambre o que tuvieran alguna razón para quejarse. Simplemente era su patrimonio. Así como lo había recibido en herencia lo tenía que dejar en herencia a sus descendientes. Ni más ni menos.

Finalmente, se constituye el primer gobierno comunista (aunque siempre huirán de términos burgueses, como por ejemplo “ministro” y se denominarán “comisarios”), que enseguida propició todo tiempo de medidas (limitación de la jornada laboral a ocho horas diarias pero también los incentivos a “extirpar” a los ricos y burgueses de Rusia).

A fin de cuentas, las cosas tampoco habían cambiado mucho: el pueblo seguía muriendo de hambre.

Una de las cosas en las que pensaba antes de comenzar este libro era que esperaba que el autor fuera lo suficientemente imparcial como para que se comprendiera bien la historia. Hoy en día es frecuente encontrarse con libros muy sesgados. Lo bueno es que este libro no es así. Abundan las críticas para unos y otros, y no sólo para el zar, sino que Lenin es descrito como un intelectual que ignoraba sus principios cuando el tema era conseguir financiación para el partido (seguramente sea cierto aquello de que en la Primera Guerra Mundial, Alemania le pagara para irse a Rusia y así desestabilizar al enemigo desde su interior), Troski es calificado como un arrogante impopular intelectual que trataba de unificar el partido, además de que Stalin es descrito como un hombre ignorante, violento, sin estudios, que rechazaba a los intelectuales por conocer más cosas que él…
Así, el lector consigue crear un relato más rico, al hacerse a la idea de cómo era cada personaje de la historia.

Como no todo el monte es orégano, llega la hora de las pegas. Hay errores ortográficos, sin duda por la ausencia de corrección (sino/si no, como/cómo, estado/Estado). El texto es acompañado con fotografías. Sin embargo, en ocasiones poco tienen que ver entre sí, lo cual confunde al lector, además de que la letra que acompaña a la fotografía es demasiado grande como para tratarse de un pie de página.

En conclusión, es una historia real pero sin ser pesada, como pecan en ocasiones los autores de otros libros. Muy recomendable para intercalarlo entre novelas o para cambiar totalmente de tema.

Reseñado por Lahierbaroja