Brim el Cazahadas, de Albert Alforcea y Marta Montañá
Muy sencillo. Alguien pone el texto, y otro se encarga de cambiar alguna de las palabras por imágenes.
El resultado es una lectura mucho más divertida, ya que a los niños les toca imaginar a qué palabra se refiere la imagen, y el resultado puede ser asombroso. Uno puede echar un buen rato mientras presencia la acalorada discusión de sus sobrinos para decidir si la imagen corresponde a luciérnagas o a moscas amarillas. Interesantes razonamientos en ambos casos, créanme…En lo que se refiere a la historia, este libro infantil nos presenta a Brim, un curioso habitante de un pequeño pueblo, con un oficio aún más curioso. Y es que Brim afirma dedicarse a cazar Hadas.
Pero claro, los problemas empiezan para Brim cuando tras toda una vida dedicado a su oficio, y ni una sola captura en su haber, los habitantes del pueblo empiezan a dudar de sus habilidades y, sobretodo, de la existencia de las mismas Hadas.
Decidido a demostrar al pueblo que no es un mentiroso, Brim emprende una búsqueda sin tregua, hasta que consigue capturar un precioso ejemplar. Una vez capturada, el Hada comienza a marchitarse y a perder su precioso color y su luz.
¿Qué hará Brim? ¿Volverá al pueblo y demostrará a todos que se equivocaban al burlarse de él? ¿Dejará escapar al Hada evitando así que se apague su luz?
La solución la tenéis en este precioso libro, escondida entre colores y alegres dibujos. Verdes vivos, amarillos intensos y rojos bermellones. Colores como los que aparecen en la ilustración de más abajo. El juego entre los lápices y los pinceles dan a las ilustraciones el detalle y a la vez la suavidad necesarias para atraer a los niños (bueno a los mayores también un poco). Y al final, el glosario de dibujos, cada cual con la palabra a la que sustituía en el texto.
Un bonito cuento, eso sí, con final un poquito triste. Pero la vida es así. ¿O esto era un cuento?
Francisco Sánchez Cid (Twitter: @LightMyWay78)
Recuerdo de pequeño tener un libro de pictograma del “libro de la selva”. Recomiendo este tipo de cuentos para niños!
No tengo por costumbre comprar libros de pictogramas, pero a lo mejor merece la pena probar la experiencia, aunque creo que mi hijo ya es un poco mayor con siete años para eso, puedo probar con mis sobrinos de casi cuatro
Son libros entretenidos, pero efectivamente son para niños más jovencitos… de unos 5 años, que son capaces de leer decentemente. Aunque otra posibilidad es que tú vayas leyendo mientras tu hijo rellena los huecos de las palabras representadas como pictogramas.
En general es un buen recurso.