Una de las mejores cosas que hay en esta vida son, sin lugar a dudas, los amigos. Los Buenos amigos.
Esta misma mañana reflexionaba sobre si la felicidad está fuera o dentro de nosotros ¿Dónde hay que buscarla? Y llegaba a la conclusión que está dentro, pero que una vez que la encuentras, para hacerla efectiva, has de compartirla ¿Con quién? Claro, con los amigos y con la familia. También con la gente que simplemente pasa por la calle a la que no te cuesta nada dedicarle una sonrisa. Yo lo hago, pero hay quien me dice que eso solo lo hacen los locos ¡No puede ser! Y pienso que por lo menos las locas como yo somos gentes felices y simpáticas.
No es la primera vez que les hablo de Daniel Nesquens, y no es la primera ni la segunda que viene a nuestro querido Blog-hogar, porque si esta es como una casa para libros, para los libros de los más chiquitines tiene que ser además una acogedora casa-hogar.
¿Leer a los niños?
¡NO!
Leer CON los niños.
Eso es lo que marca la diferencia en estos niños tan pequeños a los que van dedicados esta serie blanca de El barco de vapor. A los que inician sus primeras lecturas hay que acompañarlos, compartir sus primeros pasos lectores y fomentar los comentarios relacionando las imágenes con las palabras, porque para hacer que amen los libros tenemos que compartir el interés y el amor por ellos.
Los libros infantiles, como lo es este caso, Buenos amigos, deben tener mensajes sencillos pero muy importantes. Nensquens en este caso les habla de lo bueno que es tener amigos. Es lo mejor de lo mejor, mejor que casi todo lo demás, pero es importante que además de tenerlos hagamos cosas juntos y compartamos nuestras pequeñas pertenencias con ellos.
En los libros, como en la vida, siempre se vuelve a casa, al hogar, donde está la familia que nos quiere y nos cuida… En casa están también nuestras mascotas, esas que tanto queremos y que pasan tantos ratos con nosotros, a las que les contamos nuestros miedos y nuestros sueños.
Me han gustado mucho las ilustraciones de Zuriñe Aguirre, son muy coloridas, inundan el libro de luz y armonía, y contienen muchos detalles que podemos comentar con los chavales. Además sabe jugar con el diseño perfecto, como fotográfico, y con el infantil, casi indicando al niño que él también puede intentarlo, y eso es importante, pues además de la escritura y la lectura, está fomentando las artes Gráficas.
Me ha hecho mucha gracia leer que Claudio invita a medio bocadillo del que lleva al colegio a nuestro protagonista, me recuerda a cuando preparábamos el bocadillo de mi hija (cuando era pequeña) y nos decía: “Que sea grande para darles a mis amigos”, a mí me hacía reír, pero veo que es una buena forma de pensar y de cuidar a esos “Buenos amigos“
Un buen libro para trabajar valores con los chavalillos que se inician en la lectura, temas que siempre tienen su momento para abordar con ellos. Son libros que podemos hacer que duren más allá de esa primera lectura.