Canciones de amor a quemarropa de Nickolas Butler
Reconozcámoslo, la literatura es una droga, y de las fuertes. Muchos estamos enganchados, pero es tal su potencia, que la mayoría de la gente no la puede consumir en su estado más puro, y necesita “cortarla” o “diluirla”, adquiriéndola en subproductos a los que se les ha quitado una gran parte literaria y se le han añadido lugares comunes, tópicos, tramas más que trilladas y fórmulas de éxito probadas una y otra vez, dando como resultado novelas que se venden fácilmente, pero que carecen de la energía y la fuerza de la literatura auténtica.
En mi humilde opinión, la literatura auténtica es aquella que, desde la primera línea, te sumerge en la historia y te cubre completamente, provocando en primer lugar una total desconexión de la realidad, y en segundo lugar que puedas disfrutar de lo que está sucediendo en el nuevo mundo en el que ahora te encuentras, siendo un protagonista más del libro, o un espectador cercano, compartiendo emociones y pensamientos con los compañeros de viaje que el autor ha dispuesto para ti.
¿Y por qué te cuento esto? Porque mientras me adentro en las páginas de Canciones de amor a quemarropa, solo puedo pensar en lo real que me resulta todo. Me tiene todo el tiempo con las emociones a flor de piel, y voy saltando de la más profunda fraternidad, al amor en todas sus formas, al odio, a las viejas rencillas, a la nostalgia de una amistad de juventud, a la fuerza de la auténtica amistad, al egoísmo… Y todo ello con un orden, con una pureza y con una autenticidad que solo la mejor de las drogas podría ocasionar.
No puedo dejar de pensar a cada página que todo lo que sucede en la historia me está sucediendo a mí, porque de alguna manera alguna vez he vivido o pensado lo mismo o algo parecido que las personas del libro, y mientras sigo leyendo absorto, me vienen recuerdos de mi propia vida que se entremezclan con las palabras leídas, añadiendo una dimensión a la lectura que me provoca un placer opiáceo.
Sé que aún no te he contado nada del contenido del libro, pero hazme caso, la trama, aunque interesante, es probablemente lo de menos en Canciones de amor a quemarropa. Y el estilo está muy bien, con capítulos cortos y largos alternando la voz del narrador, siendo cada vez uno de los “actores” principales el que cuenta el siguiente trozo de la historia desde su perspectiva, con su tono personal y sus reflexiones del presente y el pasado; pero sinceramente, de Canciones de amor a quemarropa me quedo con todo lo que me hace sentir mientras leo sus páginas, la profundidad de las emociones, el ritmo de una historia en la que “solo” se busca reflejar la vida de un grupo de amigos que se conocen desde pequeños y que han ido creciendo, a veces juntos y otras separados, con sus peleas y reconciliaciones, y que pese a lo mucho que han cambiado las vidas de cada uno de ellos, se siguen queriendo y respetando, a su manera.
Te recomiendo el libro especialmente si estás entre los treinta y los cuarenta, ya que probablemente te sentirás tan identificado como me ha pasado a mí, y también si te gusta la buena literatura, esa que se centra más en contar muy bien una historia que en elaborar una trama compleja o sorprendente. Para mí que el libro lleve el sello de calidad de Libros del Asteroide es otra garantía más de lo que podrás encontrar entre sus páginas, y como buen camello de la literatura que soy, permíteme que te pase la primera dosis gratuita de este chute literario: Haz clic en este enlace para descargarte las primeras páginas del libro y a volar.