Carbono alterado, de Richard K. Morgan
Takeshi Kovacs es un tipo duro, de esos de los que ya no quedan. Exmilitar, nunca le hace ascos a una buena bebida, fuma y tiene porte detectivesco. ¿A alguien le suena? Takeshi Kovacs ha sido contratado para descubrir la verdadera causa del supuesto suicidio del empresario multimillonario, Laurens Bancroft. Miriam Bancroft, su esposa, parece ser la primera implicada, a pesar de haber pasado la prueba del polígrafo sin pestañear. La policía ha dado el caso por cerrado y lo ha dejado como un suicidio más de un rico megalómano. Un caso cerrado en circunstancias extrañas, un detective detrás de la pista de un suicidio que parece no ser tal, una mujer fatal, bebidas, drogas, alcohol y sexo. Los ingredientes perfectos para una novela negra de las de manual, rozando el hard boiled.
Richard K. Morgan, autor de Carbono alterado, es un escritor inglés de ciencia ficción y guionista de cómics y videojuegos. ¿Queda alguien por ahí? Vamos a ver qué podemos encontrar en su opera prima, publicada por Minotauro en 2002 y actualmente descatalogada.
La trama de Carbono alterado, podría ser la de cualquier novela negra al uso, pero se distancia de todas ellas utilizando una ambientación propia de la ciencia ficción, y es así como pretende destacar sobre el resto. El antihéroe protagonista, fumador y lacónico, la femme fatale que pretende desbaratar sus planes, la honrada chica que ha tenido una relación previa con nuestro héroe, el rico que se encarga de contratar al detective y dirigir sus pasos, el enemigo implacable en cuyo corazón no hay lugar para la compasión; todos ellos se encuentran encarnados en la novela. A su vez, nos encontramos en el siglo XXV, un mundo en el que la humanidad ha sido capaz de digitalizar la conciencia humana, convirtiendo a cada individuo en un ente prácticamente inmortal. Los humanos son colocados en fundas, o sea cuerpos, mediante una pila que se encuentra en la parte trasera de la cabeza y en la que se almacena la conciencia de cada uno. Destruir dicha pila es la única manera de acabar definitivamente con la vida de una persona, aunque, como descubriremos al principio de la novela, los más ricos son capaces de realizar copias de seguridad de su conciencia cada cierto tiempo, por si por algún casual su pila es destruida. Esta premisa y una ambientación futurista del estilo cyberpunk, como se ha visto en otras ocasiones en los libros de Neal Stephenson y William Gibson, o en la película Blade Runner, es el mundo en el que nuestros protagonistas tendrán que sobrevivir. Un mundo con muchas consecuencias morales, que a pesar de ser nombradas en más de una ocasión, no son demasiado exploradas por parte del autor, dejando vía libre a la acción, como si de un thriller pasapáginas se tratara.
Sería muy poco realista decir que Richard K. Morgan tiene una prosa excepcional. No hay prácticamente, nada destacable en su estilo que nos haga diferenciar su creación con la de otros autores. Ahora sí, tenemos que tener en cuenta que Carbono alterado es su primera obra, y sin haber leído el resto de novelas del autor, poco se puede concretar sobre este tema. En el caso de esta primera entrega, nos encontramos con unos personajes muy arquetípicos, pero bien dibujados en el contexto. Takeshi Kovacks es un exmilitar apartado del ejército enclaustrado en el cuerpo de un Bogart del futuro llamado Elias Ryker, fumador empedernido y con un pasado reciente muy turbio con el que nuestro protagonista tendrá que enfrentarse en contra de su voluntad. Laurens Bancroft es un mat (de Matusalén), que es como se conoce a los humanos que han vivido muchos siglos gracias a ir cambiando de cuerpo, y es la persona que se suicida y luego contrata a Takeshi para investigar las causas, ya que su copia de seguridad fue guardada dos días antes de que ocurriera. Miriam Bancroft es la femme fatale, la esposa de Laurens que usa fundas de aspecto despampanante para lograr sus objetivos y es la principal sospechosa del supuesto asesinato de su marido, y Kristin Ortega, la policía encargada de resolver el caso Bancroft, que resulta ser la amante de la conciencia que habitaba el nuevo cuerpo de Kovacks.
Los enemigos de la historia no son una excepción, no hay lugar para los grises ni para los remordimientos en sus decisiones ni en sus acciones, son malos hasta la médula. Incluso hay un pasaje que tiene lugar en el Valle de los Caídos, lugar donde se encuentra la guarida del último enemigo con el que se tendrá que enfrentar nuestro héroe, y principal responsable de la trama del libro.
En definitiva, Carbono Alterado es una buena novela de entretenimiento. Contiene elementos que quizá los seguidores del género negro encuentren demasiado obvios, y otros que los seguidores de la ciencia ficción no encuentren demasiado interesantes; pero es precisamente esa mezcla de géneros la que la convierte en una buena opción para cualquier lector interesado en ellos. La novela forma parte de una trilogía que no hemos visto llegar a nuestro país, suponemos, por las malas ventas que tuvo esta primera entrega en su momento, pero esperemos que alguna editorial se haga con los derechos de los libros de Takeshi Kovacks y, algún día, podamos verlos en el idioma de Cervantes.
La tapa no me atrapa, y si la historia es una mas, sin nada nuevo, tal vez la lea en algún veranito, pero…
Saludos! Gracias por tu reseña!
Como novela de ciencia ficción es muy interesante, quiza no sea demasiado original, pero hace una amalgama de muchos elementos clasicos de una manera notable. A mi me gustó bastante, quizá la excusa de la tecnologia permita giros muy poco intuitivos, pero en general es una muy buena novela que a pesar de ser relativamente larga no se hace pesada.
Saludos.
Como dice el artículo, la prosa no es siquiera aceptable. Eso sí, al estar tratando los temas que trata, a veces no se nota el problema con la prosa, quizás es porque trata mucho los temas en primera persona. Ahora, hablamos de una traducción, por lo que el autor aquí sale bien librado a medias. La temática me atrapó desde el principio, luego están algunos giros que aparentemente parecen muy jalados de los pelos y terminé retrocediendo varias veces a razón de entender mejor uno que otro plan de kovacs, sobretodo al final.
Este es un caso peculiar, en el que me quedó mejor sabor de boca con la serie que con el libro. Aborda los temas con más fuerza y modifica un par de cosas que le hubieran quedado mejor al libro también.
A leer las demás partes de la trilogía para ver qué tal me va.
Detecto tanto en la critica como en los comentarios una cierta deformación fruto de los prejuicios adquiridos y querer encasillarlo todo en los géneros previamente conocidos (véase novela negra y ciencia ficción clásica). Me resulta curioso que las 2 cuestiones mas interesantes que plantea esta novela ni siquiera se mencionen.
1) ¿Que pasaría con el concepto de “alma” que todas las religiones tienen si tuviéramos tecnología capaz de almacenar nuestra conciencia y transmitirla a otro cuerpo biológico, a un androide o incluso a un entorno virtual?
2) ¿Que pasa si la monstruosidad moral que los mas ricos cultivan para mantener su estatus no estuviera limitada por esa regla biológica inexorable que al final nos iguala a todos los seres humanos llamada muerte?
Hola, creo que nadie se ha dado cuenta que esta novela es de un subgénero de ciencia ficción, llamado Ciberpunk, el cual fue creado por Philip K. Dick en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas? Es un subgénero que no se ve mucho y desde mi punto de vista, está muy bien