Casa de verano con piscina

Casa de verano con piscina, de Herman Koch

Casa de verano con piscina

Pensar. Reflexionar. Ponerse en el lugar de los personajes. Son verbos y situaciones que todos conocemos. Y sin embargo, muchas veces nos es complicado que nos sucedan con un libro. Bien sea porque el argumento es poco convincente, porque es pura ciencia ficción o porque, en el peor de los casos, no logramos congeniar con ninguna de las personas que desfilan ante nuestros ojos. Pero, ¿qué sucede cuando, en un libro, conseguimos trasladarnos a su mundo y nos sentimos igual que el personaje principal, odiamos al secundario de turno, o nos encoge el corazón la trama hasta el punto de tener que dejar de leer durante unos minutos? Pues que estamos ante una gran historia. Y eso es lo que nos vamos a encontrar aquí, en esta “Casa de verano con piscina” que no dice mucho de por sí, pero que encierra dosis extremas de realidad (y no precisamente de la más delicada).

Un médico que no dedica a sus pacientes ningún cuidado. Un matrimonio feliz, pero en el fondo desgraciado. Unas hijas que crecen a marchas forzadas y que empiezan a despertar los primeros sentimientos. Un actor enfermo, casado con una mujer que cautiva en las distancias cortas. Y un incidente que va a hacer que todas las relaciones caigan en picado, se revuelvan, y acaben en un final que nadie esperaba en un principio.

¿Qué haríamos por nuestros hijos? Esa es la pregunta que se me quedó grabada una vez que terminé el libro. ¿Sería yo capaz de hacer lo mismo que el protagonista? ¿Dejaría a un lado mi lado angelical, para convertirme en un pequeño ángel de la muerte? Herman Koch demuestra una vez más, como ya lo hizo en su espléndida “La cena”, que todos tenemos dentro dos lados que están en constante lucha. Y que, cuando la vida te pone en bandeja tener que elegir por uno de los bandos, miramos las consecuencias, y decidimos cómo actuar. Pero este libro no trata sólo de las decisiones que se toman para proteger a nuestra familia, que va. “Casa de verano con piscina” en un ejercicio inteligente que nos habla de problemas tan cotidianos que, por ello, son tan terribles: la infidelidad, la situación de la sanidad de hoy en día, la envidia, el engaño, la dificultad para ser padres, y la responsabilidad. Porque si de algo estoy seguro es que, después de leer lo que nos ha dejado Herman Koch en estas páginas, sigo pensando una y otra vez en qué haría yo en lo que aquí se describe. Porque todos somos bestias y humanos a la vez y, a veces, sólo una pequeña línea separa cada uno de los dos lados.

Lo reconozco. Herman Koch me ganó en su anterior novela “La cena” y siempre lo recomiendo como una de mis lecturas favoritas del año pasado. Y cuando empecé el libro supuse que, dado el buen sabor de boca que me había dejado, esta nueva historia iba a ensombrecer a su predecesora. Pero estaba completamente equivocado. No sólo “Casa de verano con piscina” nos regala a un gran novelista que ha mejorado en su labor como escritor. Resulta que esta historia es un tiro tan certero, que es imposible no sentirse rabioso, alegre, descorazonado o conmovido según van pasando las páginas que encierra esta portada llena de colores. Y uno espera con ganas la siguiente novela para poder seguir pensando que, en este mundo, uno puede llegar a límites insospechados para proteger lo que más ama.

Porque, pensadlo, ¿cuándo no tienes nada que perder, qué lado escogeríais?

2 comentarios en «Casa de verano con piscina»

  1. A mí, en cambio, ésta me ha gustado mucho más que “La cena”. Y Herman Koch es buenísimo, me encanta lo socarrón que es. Éste es uno de los pocos libros que me ha hecho reír de verdad, no sólo como cuando escribes “LOL”.

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