Si tuviera que decir solo un libro que todo el mundo debería leer, elegiría Rebelión en la granja, de George Orwell. Y si tuviera que leer las memorias de algún político, sin duda me decantaría por las de Winston Churchill, no solo porque ganara el premio Nobel de Literatura, sino porque me parece un personaje histórico con una personalidad fascinante desde que vi la miniserie El mundo en guerra. Movida por estas dos fijaciones, no he podido resistirme a leer Churchill y Orwell. La lucha por la libertad, de Thomas E. Ricks, las biografías entrelazadas de estos dos iconos del siglo XX.
Aparte de ser coetáneos, escritores y fumadores empedernidos, nada más unía a estos dos hombres a simple vista: se identificaron con ideologías totalmente opuestas, y mientras Orwell fue introvertido y desconocido durante la mayor parte de su vida, Churchill se caracterizó por su extroversión y por estar siempre en el ojo del huracán de los grandes acontecimientos de su país. Sin embargo, Thomas E. Ricks ha decidido hablar de ambos en un solo libro porque, para él, estos dos personajes dejaron huella en la forma que vivimos y pensamos en la actualidad, pues hicieron uso del poder de la palabra para defender la democracia liberal y los principios que la sustentan: libertad de pensamiento, de expresión y de asociación.
Churchill y Orwell fueron de los primeros en entender y denunciar el peligro que suponía el auge de los totalitarismos, pero pocos los escucharon entonces. Thomas E. Ricks nos pone en contexto, explicando de forma clara y amena la política de apaciguamiento que se promovió durante el periodo de entreguerras, y relata la infancia y primera juventud de Churchill y Orwell para que entendamos qué les llevó a ser cómo eran y a disentir de la mayoría.
Churchill y Orwell. La lucha por la libertad es un libro repleto de datos curiosos. En el apartado biográfico, me resultó paradójico que el padre de Churchill estuviera convencido de que su hijo moriría siendo un don nadie o que Orwell trabajara como policía en la represión colonial y como redactor de panfletos para la BBC. En el apartado histórico, me pareció sumamente interesante conocer los reveses que sufrió Churchill durante la Primera Guerra Mundial y los años treinta para entender lo insólito de su ascenso posterior, así como la participación de Orwell en la guerra civil española, que casi le costó la vida, para comprender su oposición al abuso del poder, fuera de izquierdas o de derechas. Y no me olvido de los capítulos en los que Thomas E. Ricks analiza las obras publicadas por sus dos biografiados, en especial Rebelión en la granja y 1984 de Orwell y las memorias de Churchill, ya que, de paso, nos recuerda algunos de sus consejos de escritura. El resultado son dos biografías accesibles y entretenidas y un retrato diferente pero certero de los años más decisivos del siglo XX.
Thomas E. Ricks no se corta a la hora de señalar las sombras y contradicciones de estos dos personajes, pero sobre todo les reconoce que fueron de los pocos que discernieron las mayores amenazas de su época y se atrevieron a actuar según sus principios. Tras este recorrido por sus vidas y legados, no me extrañó que ambos se admiraran, aun sin conocerse, y hasta me pareció un guiño del destino que el último artículo que publicó Orwell se lo dedicara precisamente a Churchill para hablar del segundo volumen de sus memorias. Tuvieron vidas paralelas sin ellos saberlo y Thomas E. Ricks ha hecho un excelente trabajo para demostrárnoslo. Una lectura imprescindible para entender el pasado y el presente y —si no aprendemos de sus protagonistas— saber lo que nos deparará el futuro.