Circo Máximo

Circo Máximo, de Santiago Posteguillo

Dicen que lo bueno dura poco, y relacionando la frase con los libros de Santiago Posteguillo, puedo decir que estoy casi de acuerdo con esa sentencia. Al autor le llevó dos años escribir Los asesinos del emperador, que reseñé en su momento, y también otros dos años Circo Máximo, la continuación de la trilogía que narra la vida Trajano, el primer Emperador hispano que tuvo el Imperio Romano y cuya reseña comparto hoy con todos ustedes. A sus fanáticos lectores, en cambio, leer esos libros nos llevó apenas tres meses, muy poco tiempo teniendo en cuenta que entre ambos suman casi tres mil páginas.

Lo mismo ya había pasado con su anterior trilogía, también reseñada en Libros y Literatura, y que narraba la vida de dos Generales históricos: Publio Cornelio Escipión y Aníbal. Esa trilogía estaba compuesta por Africanus, el hijo del cónsul, Las legiones malditas y La traición de Roma. Todos esos libros fueron éxitos de venta y de críticas positivas.

Pero volvamos a Circo Máximo, que como dijimos, es la segunda parte de la trilogía sobre la vida de Trajano; así como en la primera parte fuimos parte del crecimiento del niño Trajano hasta el día de su ascenso, ahora Trajano es el emperador de Roma (y por ende el hombre más importante del mundo conocido) y tiene en su mente ampliar las fronteras del imperio hasta límites nunca antes conseguidos. Sin embargo, y siguiendo con el “estilo Posteguillo” los capítulos no serán lineales, sino que al menos diez historias diferentes se irán desmenuzando capítulo a capítulo, yendo de una a la otra, logrando así que sus lectores no podamos dejar de leer, porque de principio a fin, en el mejor momento, el autor nos va dejando con las resoluciones en la punta de la lengua. Cabe destacar que Posteguillo divide las más de mil páginas en más de 160 capítulos, en general cortos, lo que facilita la lectura, pero también la mencionada adicción.

Y a lo largo (y ancho) del libro viviremos y sufriremos la conquista de la Dacia, con el correspondiente enfrentamiento a su líder, Decébalo, un personaje muy bien logrado que se encargará de golpear donde más duele a un Trajano que hará, como siempre, culto de la amistad y el ejemplo, que nunca dudará en ser justo con sus tropas leales, pero que también mostrará la mayor de las iras cuando sea necesario. Asociado con esa conquista conoceremos al Ingeniero Apolodoro de Damasco, quien tendrá la misión de construir un puente sobre el Danubio, construcción que también viviremos (y repito lo de vivir, porque este libro se siente, no se lee) y con la que podremos viajar a esas épocas sin máquinas futuristas pero en las que sin embargo era necesario suplir las falencias con la imaginación y los agotadores trabajos.

El Circo Máximo, con sus carreras de cuadrigas y las internas por el negocio de las apuestas serán otro punto importante en la narración, a través de la cual conoceremos a Celer, el veloz auriga, y a sus amigos humanos y animales, pero también a sus más acérrimos rivales que no dudarán en hacerle la vida imposible para poder detener lo que en las pistas no logran.

Hilvanando, como siempre, de manera perfecta la rigurosidad histórica con algunos permisos literarios, Santiago Posteguillo nos hará conocer a las vestales, que en Roma eran unas sacerdotisas consagradas a la diosa Vesta. Impactantes personajes, sobre todo una de ella llamada Menenia, que tendrá un amor platónico con él antes mencionado auriga Celer, y que logrará hacernos sentir el poder total de estas sacerdotisas en un mundo romano supersticioso como pocos.

Pero también estarán Marcio, sobreviviente del primer libro, quien seguirá intentando vivir y sobrevivir a las penurias de los gladiadores, Longino, el eterno amigo del Emperador, que para mí es parte del capítulo más emotivo del libro, la sombra de nefasto Domiciano y sus pocos familiares que le sobrevivieron, el odio del corrupto senador Mario Prisco, la lucha de los cristianos para que no muera la palabra de Jesús y mucho pero mucho más en ese mundo fabuloso que representó el cruel, oloroso, emotivo y estupendo Imperio Romano.

Tanto mundo comprimido en un libro parecería difícil de leer, pero sin embargo el autor mantiene su estilo de escritura simple, por lo que recomiendo Circo Máximo a todos aquellos que sepan leer, porque no encontrarán en él dificultades de comprensión, lo que para nada anula la calidad literaria de la obra, al mismo nivel que las anteriores novelas de este español que escribe cada día mejor.

Si andas con ganas de intrigas, suspense, pasión desmedida y mucha, pero mucha crueldad y sangre volando en medio de batallas épicas, no dejes pasar de largo este libro que, como dije al principio, dura poco, es verdad, pero también me faltó decir que permanece en nuestras mentes por mucho, pero mucho tiempo. ¿Quien dijo que la Historia era aburrida?

Roberto Maydana