Reseña del libro “Ciudad Victoria”, de Salman Rushdie
De Salman Rushdie solo sabía que, desde hace más de treinta años, está amenazado de muerte por su cuarta novela, Los versos satánicos, que los musulmanes consideran blasfema. Esta es la razón por la que fue apuñalado en el verano 2022, aunque afortunadamente sobrevivió. No sé si algún día leeré Los versos satánicos, pero sí me apetecía saber algo más del autor. Por eso me llamó la atención su última publicación en Random House: Ciudad Victoria.
La sinopsis de Ciudad Victoria me pareció muy sugerente. En la India del siglo XIV, tras una batalla entre dos reinos olvidados, Pampa Kampana, una niña de nueve años, presencia la muerte de su madre, que arde en una pira con otras muchas mujeres. En ese momento, a la huérfana se le aparece una diosa y le encomienda una misión: crear una nueva ciudad. Para llevar a cabo semejante labor, le otorga poderes, como dar vida humana con unas simples semillas (así nacerá la ciudad, llamada Bisnaga) y envejecer con tantísima lentitud que, a ojos de los demás, parecerá siempre joven.
Al principio, el futuro se presenta prometedor. Construir una sociedad desde cero y como ella quiera le da la posibilidad de adelantarse a su época, haciendo que las cosas sean mejores y, al fin, las mujeres tengan algo que decir. Pero a medida que Bisnaga se desarrolla, la complejidad aumenta, y por mucho que trate de evitarlo, las ambiciones, los celos y las envidias acabarán apareciendo y las creencias irán variando. ¿Y qué decir de su otro don, el de mantenerse joven? Pues que supone un dolor enorme: ver morir a todos sus seres queridos, a los que sí les afectan las leyes del tiempo.
Ciudad Victoria es la historia de Pampa Kampana, o, lo que es lo mismo, la historia de la ciudad que nace y muere con ella; es decir, más de dos siglos de glorias y caídas, tanto personales como colectivas. Y lo acontecido nos llega a través de los escritos que deja Pampa Kampana, que decide cómo conocemos los hechos y los personajes que se suceden durante esos años. El narrador que nos habla de estos escritos va comentándolos o recortándolos, según lo cree oportuno, para que los entendamos mejor. Un juego metaliterario que me encanta y que me recordó a La princesa prometida. Y, con su forma de contarnos la historia, lo que pretende transmitirnos Pampa Kampana es que, más allá de reinos, logros, grandes batallas y personajes ilustres, lo único que perdura es la palabra.
En Ciudad Victoria, Salman Rushdie no solo homenajea el valor de la palabra, sino que analiza la inevitable volatibilidad de cualquier sociedad, tanto en el plano político, económico y religioso como colectivo e individual, por muy buenas intenciones que se tengan desde la base.
En la contraportada, se dice que Ciudad Victoria es «una epopeya deslumbrante, llena de amor, aventuras, mitos y fantasía, que actúa como espejo de cualquier sociedad inestable y como fiel testimonio del poder que tienen las historias para narrar los vaivenes de la humanidad y su devenir político», y quizá ese sea el mejor resumen de lo que vais a encontrar a lo largo de sus trescientas sesenta y dos páginas. Una novela bellamente narrada para disfrutar poco a poco, pues en ella podemos ver la historia misma del mundo.