Clásicos infantiles 21
Los libros que nos marcan de pequeños tienen algo especial. Puede que las historias no tengan un argumento muy diferente del resto de los libros que hemos leído hasta entonces pero, sin saber muy bien por qué, se mantienen en nuestra memoria y van uniendo generaciones de lectores. Los clásicos infantiles o juveniles nos enseñan que, por mucho que pase el tiempo, su fuerza sigue perdurando, que está ahí, presta a hacer que los niños sigan deseando abrir un libro, vivir sus historias, y conociendo los beneficios que tiene la lectura para ellos. Eso lo consiguen pocos autores que, como si fueran un invitado de lujo en todas las casas del planeta, se quedan para recordarnos aquello que vivimos en las páginas de los libros que escribieron. Hoy, este apartado de nuestra sección infantil, va dirigido sobre una autora que convirtió el mundo de la lectura en un auténtico placer para todos nosotros, tanto los ya adultos como los iniciados, y que nos insufló la pasión por la lectura por mucho que nos intentaran bajar de este apasionante viaje.
Hablo mucho, casi diría que demasiado, a lo largo de mi vida, de aquellos libros que marcaron un antes y un después en lo que a mi vida lectora se refiere. Si alguno de nosotros se pusiera a pensar, y más todavía, si se pusiera a revisar las montañas de libros que tiene, como he hecho yo hace unos minutos, se daría cuenta que una autora nos ha cautivado con todas sus historias. Ella es Enyd Blyton que, sin saber muy bien cómo, unió a generaciones enteras de lectores con todas las historias que nos proporcionaba. Las reediciones de sus libros son las más vendidas a lo largo y ancho del mundo, y cuando se presta que alguien nos pida una recomendación sobre un libro para los pequeños de la casa, es indudable que su nombre se escapa de nuestra boca porque nos divirtió tanto que cómo no ponernos a hablar de lo que ella significó para nosotros.
Tengo la suerte de trabajar en una librería. Y digo suerte porque puedo unir mis dos mundos, el personal y el profesional, a través de las emociones que los libros me hicieron sentir. Hoy, aunque podría hablar de muchas otras obras, hablaré de Torres de Malory que nos descubrió el interior de un internado y todo lo que allí podía vivirse. Quizá no sea una lectura que lleve el misterio apoyado en las plantas de los pies como la saga de libros que inició de Los cinco, pero sí se convirtió (y lo sigue haciendo) en una de esas lecturas para descubrir los valores que tiene la amistad y todo lo que rodea al proceso de crecer, de convertirse en adulto, de pasar de la infancia a la adolescencia, de tener a los amigos cerca, a aquellos amigos que se quedarán contigo hasta el final, hasta que todo acabe. Puede que por eso hoy traiga estas lecturas, porque el recuerdo puede siempre más que el tiempo, lo estira y lo sacude como si fuera un trapo que necesita una limpieza. Y los libros ayudan a ese objetivo.
Enyd Blyton fue una escritora que convirtió la literatura en un modo de vida y que, además, convirtió los libros en un pequeño tesoro. Pocas veces un autor, si no mencionamos a otros como Hans Christian Andersen o Perrault o semejantes, han conseguido que todas sus historias se mantengan siempre en las listas de los libros más vendidos para jóvenes, y pocos como ella han conseguido que sea hablar de sus libros y todos conozcamos de qué se trata. Me encuentro muchas veces en mi trabajo con clientes que no saben lo que quieren para sus hijos, que intentan meterles en el apasionante mundo de la lectura en particular y la cultura en general, y en ocasiones les llevo siempre de la mano a lecturas como Torres de Malory por una simple cuestión: si a mí me sirvió de pequeño para entender aspectos como la amistad, la diversión, un mundo nuevo que poder vivir, ¿por qué no va a servir también para los niños de hoy en día?. Suele pensarse que los clásicos infantiles pasan de moda, tienen fecha de caducidad, pero no es cierto. Algunos, no todos obviamente, se mantienen frescos con el tiempo, se renuevan, y comparten con los nuevos lectores eso que nosotros descubrimos cuando abrimos la primera página de un libro que nos marcó: la capacidad de hacernos soñar que tienen los libros.
Puede que me equivoque, o no, pero el caso es que poder hablar, siempre que puedo, de lo que me hizo sentir Enyd Blyton es una suerte. Y eso, creo, siempre lo será.
GRACIAS.
Forma parte de mi infancia. Todos sus libros. Y de un modo muy especial: yoestaba casi siempre en la cama. Estaba enferma. Aquellos libros me hicieron soñar un mundo más allá de mi enfermedad. Fueron un salvavidas, un asidero, un deleite, un disfrute. Los mejores compañeros que pude tener.
No soy creyente pero cuando hablo de Enyd Blyton siempre añado: que Dios la Bendiga.
También formaba `parte de la mía, en concreto, la serie de Aventuras en la isla, la montaña, el circo…etc. Pero, a mis hijos (en la actualidad de 20 y 16 años) no conseguí que les gustasen.