La verdad es que hay editoriales que son para mí una garantía de éxito asegurado. Errata Naturae es una de ellas. No son solo sus magníficas portadas (que también), el caso es que siempre acierto con sus lecturas. Buenos días, guapa fue uno de esos libros publicados por ellos que me encantó y que no puedo dejar de volver a recomendaros.
No puedo mentiros. Lo primero que me atrajo de este libro fue su maravillosa portada y su genial título: El club de los mentirosos. Antes de leer siquiera la sinopsis ya me tenía completamente ganada. No está mal, ¿no?
Mary Karr es la autora de esta brillante novela, que fue uno de los libros más vendidos durante un año entero según el New York Times y mejor libro del año para The New York Times Book Review, The New Yorker, People y Time. Casi nada, amigos. Una novela que califican de extraordinaria o que, como dice Time, se encuentra “entre la tristeza más honda y la risa más sincera, y por esto último se inclina el lector”. Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo, pero empecemos por el principio.
Lo primero que el lector debe saber es que El club de los mentirosos es una novela autobiográfica y ahí reside el encanto de este libro. Porque como ficción ya hubiera sido maravilloso, pero cuando el lector sabe que lo que está leyendo no es ni más ni menos que la infancia de la propia autora, todo adquiere un matiz diferente. ¿En serio fue esta su infancia? Sí, lectores. Así es. Dura, real, trágica y al mismo tiempo envuelta en un halo de comedia que ríete tú de las tragicomedias de Shakespeare.
Y es que, a pesar del título, en este libro hay mucha verdad. Mary se crió en una pequeña localidad petrolera en el este de Texas, junto a sus padres y su hermana. Ella, una niña descarada y sensible, una hermana autoritaria y valiente, un padre algo borrachuzo pero con una gran corazón y una madre, un personaje fascinante, que será la clave para entender la novela.
Resulta imposible no conectar con Mary y el resto de personajes en algún momento de la biografía. Todos tienen ese algo tan familiar, absurdo e hilarante que hace que nos identifiquemos con ellos. Y aunque sea una familia de armas tomar y las historias en las que se ven envueltos puedan parecer a veces de lo más surrealista, tienen ese punto a favor del más puro realismo norteamericano.
A pesar del drama, que lo hay y mucho, prevalece, como os decía, esa parte cómica. Y eso es, quizás, lo grandioso de El club de los mentirosos. Mary Karr nos sumerge en su infancia, nos adentra en su casa, en las tragedias de su familia y, a pesar de todo, consigue que nos lo pasemos bien, que riamos con ella. Yo me lo he pasado en grande y aunque he sufrido (un poquito), también ha habido momentos en los que he reído con sus locas situaciones.
Estoy convencida de que este libro es uno de esos libros que no tiene un lector concreto, un libro que cualquiera puede disfrutar. Yo os animo a hacerlo. Luego me contáis.