En Colmillos, la ilustradora estadounidense Sarah Andersen nos presenta mediante esta novela gráfica y con su habitual sentido del humor irónico la siguiente historia: Elsie es una vampira que debido a su condición (y tal y como se indica en la novela gráfica, su condición de monstruo) y a pesar de contar con más de 300 años, nunca ha estado en una relación. De pronto, una noche, en un bar, conoce a Jimmy, quien resulta ser un hombre lobo. Ambos conectarán rápidamente y empezarán así, una relación de pareja.
El punto fuerte de esta novela gráfica se encuentra en precisamente el humor que he mencionado. Irónico e ingenioso, para poder ilustrar mejor a nuestros lectores, me permito escribir una de las situaciones cómicas de una de las viñetas: al principio de la relación, Elsie le dice a Jimmy que se siente sola porque nadie la comprende, ya que no hay nadie como ella. Pero la respuesta de Jimmy la desconcierta, precisamente porque Jimmy es otra criatura como ella y una vez que le confiesa que es un hombre lobo, Elsie escribe una lista de pros y contras debatiéndose entra alimentarse de él o ser su novia. En segundo lugar, otro de los puntos a favor en Colmillos es la estética de las viñetas, a caballo entre la modernidad y el estilo algo gótico, Sarah Andersen a través de unos dibujos muy cuidados en blanco y negro, mostrará las hipotéticas situaciones en las que se pueden encontrar una vampira y un hombre lobo en una relación amorosa en la actualidad: la imposibilidad de subir fotos juntos a las redes sociales ya que Elsie no aparece, las transformaciones espontáneas a hombre lobo, que Jimmy no pueda comer ajo ni Elsie pueda salir a la luz del sol, por lo que debe protegerse siempre… Aunque considero que no solamente plantea dichas situaciones sino que también la dinámica de las relaciones como son la convivencia, la intimidad, el respeto, entre otras.
Así pues, pienso que esta novela gráfica tan breve es una buena opción para aquellas personas que disfrutan del sentido del humor tan característico que suelen contener las viñetas de Sarah Andersen, como también a los amantes de las novelas gráficas de estilo minimalista ambientadas en la actualidad pero con su propio toque de fantasía, con las ocurrencias de las cuales no se puede evitar sonreír.